Las reclamaciones que atendió el Instituto Galego de Consumo en 2020 bajaron un 12,8% debido a las consecuencias de la pandemia del coronavirus, hasta situar el total en 16.443. Las consultas alcanzaron las 39.133 y los expedientes sancionadores, 1.533, se redujeron un 42,5% por la paralización de los plazos administrativos.
De acuerdo con el balance de actividad del ente, que ha presentado este lunes, en el día del consumidor, el director xeral de Comercio e Consumo, Manuel Heredia, los sectores más reclamados fueron los de telefonía (29,1%), suministro de energía eléctrica (10%), turismo y ocio (7,3%), transportes (6,7%), salud y estética (5,9%) y financiero (5,8%).
De las reclamaciones presentadas, hasta la fecha fueron resueltas el 45% de manera favorable al consumidor, un 15% a través de un laudo arbitral y más de un 5% supusieron la apertura de un expediente sancionador.
Mientras, el año pasado, los gallegos presentaron ante Consumo un total de 8.204 solicitudes de arbitraje y la junta arbitral de consumo de Galicia emitió 2.424 laudos.
De estos, el 68% fueron estimatorios para los consumidores, el 25% desestimatorios y el 7,5% se resolvieron por conciliación entre las partes.
En lo tocante al control del mercado, se desarrollaron 27 campañas de inspección a lo largo del año y se realizaron casi 48.000 actuaciones inspectoras, mientras que en el laboratorio de Consumo se analizaron 386 muestras.
En el ámbito de la información y la divulgación, la Escola Galega de Consumo realizó 227 actividades para casi 6.700 alumnos, tanto de forma presencial como virtual.
NUEVAS ACTUACIONES
Además del balance, el director xeral ha presentado nuevas actuaciones para este 2021, en el que Consumo pretende «ahondar» en la interlocución con los consumidores y facilitar toda la información y herramientas a través de su página web, que acaba de actualizar.
Además, tiene en marcha un programa de inspección de comercio electrónico para «chequear» los sitios web y comprobar «que cumplen las garantías», ante los «peligros» que supone el mayor consumo por estos nuevos canales.
Asimismo, se ha referido a la disposición de nuevos materiales como cuentos y cómics dirigidos a los jóvenes y formación también para mayores ante el «desconocimiento» y los «casos de fraude».