La asociación española del aluminio aspira a que el dueño de la fábrica de San Cibrao (en Cervo, Lugo) se beneficie de fondos europeos para investigar nuevos usos para los lodos rojos, con el objetivo de «tener una imagen más ecológica». «Alcoa en este momento o el que venga, si la SEPI decide venderla», advierte su secretario general, Jon de Olabarria.
En una entrevista con Europa Press, Olabarria explica que la asociación ha trasladado al Gobierno español un documento que busca que las empresas españolas del sector puedan acogerse a las medidas de apoyo a la industria del fondo europeo de recuperación y resiliencia para superar la crisis de la covid-19 y mitigar los riesgos de un impacto más grave en la cadena de valor. «Desde las fábricas más importantes hasta el taller más pequeño», resalta.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha recibido «bien» este plan, según destaca el representante de la asociación, pero hace hincapié en que ahora la industria del aluminio pretende «influir» para ser escuchada en Bruselas.
Ahí, en el que han denominado ‘Macroproyecto tractor: industria de la transformación circular del aluminio en España 2025’, tendría cabida la planta de A Mariña, según la asociación española del aluminio. «Hacemos peticiones para inversiones finalistas. Pretendemos que el plan de ayudas que necesita el conjunto del sector financie inversiones de generación eléctrica y reciclaje, para reducir la huella de carbono», expone Jon de Olabarria. También buscan la implantación de tecnologías de la denominada ‘industria 4.0’.
«Todas las industrias podrán optar a ello», según el secretario general de este colectivo, también la planta de San Cibrao, que tiene la particularidad de contar con una instalación de fabricación de alúmina a partir de la bauxita, «que genera unos residuos que deben ser tratados».
«El que sea el dueño en su momento, Alcoa en este momento o el que venga, la SEPI o si decide venderlo, necesitamos que gestionen de manera eficiente esos residuos de la primera etapa», apunta. Es para ello que quieren «que tengan la posibilidad de acceder a una subvención para hacer investigaciones que busquen una salida» a los lodos rojos.
Alcoa ha recibido subvenciones millonarias durante muchos años y su actitud durante la crisis que conllevó la venta de las plantas de A Coruña y Avilés y ahora con la de San Cibrao ha supuesto las críticas de los gobiernos central y gallego y de buena parte de la ciudadanía.
Ante la posibilidad de que más ayudas impliquen mayor molestar entre la opinión pública, este portavoz del sector del aluminio advierte de que «no son ayudas millonarias que financian la producción», sino que de lo que «se está hablando es de un plan para ayudar a la reducción de emisiones, bien sea de residuos, bien de contaminantes». «Pero no para producir aluminio más barato; lo que queremos es descarbonizar», puntualiza.
En este sentido, reflexiona sobre que «cualquiera que se haga cargo» de la planta de Cervo «lo primero» que tendrá que pensar es en «descarbonizar» su producción eléctrica, «generar energía con un componente de precio más barato». «Quien quiera tomar las riendas tendrá que pensar en esto mismo», incide.
Liberty, el grupo interesado hasta el momento y al que la SEPI prevé vender la factoría si fructifica la operación con la multinacional estadounidense, planteó precisamente al comité de empresa un plan de inversiones que pasaba por incorporar energías renovables para la generación de energía para la fábrica.
La asociación española de aluminio hizo una «reserva especial» para pronunciarse sobre la crisis de Alcoa, miembro colaborador, hasta que esta ha estado «relativamente encarrilada a una negociación con la SEPI».
En cualquier caso, lo que demanda es «garantía de suministro» y que la cadena de valor continúe «completa» en el territorio español. Y es que, según constata, otras plantas que transforman el aluminio «estaban teniendo problemas de atención a pedidos realizados» debido a la huelga de los trabajadores de A Mariña para reclamar a la multinacional una solución que viabilice la planta.
RESIDUOS
Jon de Olabarria señala que «el problema» de los residuos en San Cibrao es que los residuos se acumulan en «cantidades importantes». «Que haya un problema de contención en la balsa es lo que conocemos», explica, puesto que «son compuestos que están tratados y siguen siendo tratados».
Pero sobre lo que llama la atención es acerca de que «se puede buscar salidas para usar ese lodo en otros sectores». Según comenta, «se están buscando soluciones» y «existen algunas pero la cuestión es (hacerlas) económicamente rentables».
Reconociendo que por el momento «no se ha encontrado una salida económicamente muy rentable», recalca que el interés de la asociación es «que haya fondos para financiar las investigaciones en sectores de este tipo, con las universidades y centros de investigación, para que sigan avanzando en la búsqueda de una solución para este tema». Esto es lo que buscan, en colaboración con las empresas.
«O el dueño de San Cibrao se pone las pilas y se pone a investigar o es la asociación la que organiza la investigación para que como sector nos quitemos ese subproducto y podamos tener una imagen más ecológica. Queremos ir hasta el último detalle», remarca.
PÉRDIDA DE FORTALEZA
Por último, apela a que «haya un entendimiento» entre SEPI y Alcoa, preocupado por que la economía española «pierda fortaleza» en el ámbito de un producto «esencial para el futuro por su infinita reutilizabilidad».
Sin «predilección» por ningún tipo de operación, lo que reclama la industria es que «quien lo coja que lo haga trabajar en condiciones de mercado». Al respecto, muestra su rechazo a que sea «una empresa estatal fuertemente subvencionada», pues eso «la Unión Europea ya no lo permite».
De Liberty no tiene «opinión» porque no han tenido «ningún tipo de contacto», pero en lo que insiste De Olabarria, en nombre de la asociación española del aluminio, es en la preferencia por «que haya una fábrica de aluminio en España» ya que «sin ella la industria española va a perder fortaleza».
De hecho, la actual coyuntura, avisa, «puede estar retrasando decisiones de inversión por parte de los grupos», que en la actualidad están instalando máquinas más grandes que permiten hacer perfiles «para usos más potentes», con lo que del ámbito de las ventanas «cada vez» se fabrica más para otros campos como el del ferrocarril y las carrocerías de camiones.