La sociedad mercantil estatal Acuaes, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, la Consellería de Infraestruturas de la Xunta y el Ayuntamiento de Santiago han rubricado este viernes, en un acto telemático, el convenio para la ejecución y explotación de la nueva estación depuradora de aguas residuales de A Silvouta, una instalación que contará con una inversión prevista de 68 millones de euros y que supone saldar «una deuda pendiente» con la capital gallega, tal y como ha dicho la conselleira Ethel Vázquez.
En el acto de firma, además de la responsable autonómica de Infraestruturas, han participado la directora general de Acuaes, Rosa Cobo, y el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, y ha sido en presencia del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.
Esta firma avanza en un proceso iniciado hace dos décadas, que, finalmente, logrará que la depuración de las aguas residuales de Santiago sean compatibles con las condiciones de vertido al río Sar que exige la normativa vigente, especialmente en lo relativo a la eliminación de nutrientes, resolviendo además los problemas de capacidad hidráulica de la actual depuradora y obteniendo una reducción eficiente de la carga contaminante.
La actuación ha sido incluida en el programa que España va a presentar a la Comisión Europea para optar a los Fondos de Reconstrucción europeos puestos en marcha a raíz de la pandemia. Estos abonarán el 65% del presupuesto, mientras que la Xunta aportará 10,8 millones y el ayuntamiento unos nueve.
CAPACIDAD PARA 277.000 HABITANTES
Tal y como ha recordado Rosa Cobo, este convenio encamina hacia la solución a un problema «largamente demandado» por el Ayuntamiento de Santiago y que inició su catalogación como de interés en el año 2001, hace dos décadas.
Tras diversas vicisitudes, en marzo de 2019 el ayuntamiento propuso continuar este proyecto ubicando la nueva depuradora en la misma localización que la actual, en A Silvouta, una «solución difícil» por cuestiones como la necesidad de aprovechar la parcela existente.
Para darle agilidad, se puso en marcha un modelo de licitación «poco habitual», denominado diálogo competitivo, que ha derivado en la selección de las cuatro ofertas finales que optarán a ejecutar el proyecto. Para avanzar en esta ejecución se hacía necesario oficializar la firma del convenio, que optará con ello a los fondos de reconstrucción.
La actuación incluye las obras de construcción de una depuradora que dará servicio a una población de 277.000 habitantes equivalentes -la actual cubre 103.000-, así como la conexión a la red de colectores existentes y la ejecución de una nueva acometida eléctrica compatible con las necesidades energéticas de la nueva instalación y dotada de un suministro eléctrico de respaldo.
Por delante, queda todavía la tramitación ambiental, que será por procedimiento abreviado, la exposición pública y la aprobación por parte de la Dirección General del Agua del ministerio.
UNA «DEUDA PENDIENTE»
Tras la firma, la conselleira Ethel Vázquez ha destacado la implicación de las tres administraciones, que han colaborado para «saldar esta deuda pendiente» con Santiago de Compostela.
Para la conselleira, la de hoy es una «excelente noticia» que demuestra que «los proyectos estratégicos deben de ser fruto de grandes acuerdos».
La Xunta considera la depuración y saneamiento de las aguas «un servicio básico e imprescindible» y se presta a «cooperar y ayudar a las administraciones locales» en esta labor, ha destacado Ethel Vázquez, que ha pedido «agilidad administrativa» tanto para este proyecto como para otros pendientes, como el saneamiento de las rías.
En la misma línea, el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, ha aplaudido esta firma y la colaboración entre administraciones y ha recordado que la depuración de aguas de Santiago no afecta solo a la ciudad, si no que es una «responsabilidad en el territorio del que forma parte» la ciudad, a través del río Sar, cuyas aguas concluyen en la Ría de Arousa.
LÍNEA ESTRATÉGICA
Finalmente, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha explicado que el ciclo del, agua es «una política estratégica de país», ya que aborda «la prestación de un servicio básico para la vida como es el abastecimiento y gestión de un agua de calidad», algo que redunda en «la salud pública» y en la «salud ambiental».
El ciclo del agua va a ser uno de los protagonistas «del cambio climático», ha dicho Morán, mientras que la depuración es «la asignatura pendiente» de España, que hace frente a «considerables sanciones por el incumplimento de objetivos en materia de saneamiento y depuración».