Los hosteleros de Lugo y Pontevedra, que a partir de esta media noche verán ampliados los aforos de sus locales, consideran todavía «insuficientes a todas luces» las medidas y han llamado la atención sobre el mantenimiento de los cierres perimetrales, que suponen «un problema enorme» para sus negocios.
Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press, el presidente de los hosteleros de Lugo, Cheché Leal, que ha advertido que, incluso con estas nuevas medidas, cafeterías y restaurantes estarán trabajando «a un ritmo y con un porcentaje pequeño».
A ello, ha dicho Leal, se suma el «problema enorme» del mantenimiento del cierre perimetral de Lugo, que está «agravando la situación» en especial de los alojamientos, sometidos a un «cinturón de castidad» con el que no pueden recibir clientes, aunque su actividad no esté limitada.
Del mismo modo, ha asegurado que el cierre de establecimientos a las 23,00 horas es «totalmente insuficiente» para aprovechar el turno de cenas. «Ya pedimos reiteradamente que el toque de queda se ampliase a las doce de la noche, esa hora más o menos, en el tema sanitario no iba a tener ninguna incidencia», ha dicho Leal, que ha añadido que, por el contrario, tendría una «repercusión muy grande» en los negocios.
OCIO NOCTURNO Y AYUDAS
Tanto Cheché Leal como el representante de los hosteleros de la provincia de Pontevedra, César Ballesteros, se han referido también al sector del ocio nocturno, que lleva meses sin actividad y cuya reactivación aún no está contemplada en los planes.
«Estamos un poco desesperados», ha dicho, en declaraciones a Europa Press, César Ballesteros, que ha explicado que, actualmente, los aforos y grupos que se permiten en el área de Pontevedra «solo son aptos para algunos establecimientos, no para la mayoría».
Los cierres perimetrales, ha añadido, también están teniendo una fuerte repercusión, tanto en el ámbito hotelero como en el hostelero, dado que hay menos movimiento de población para acudir a bares y restaurantes. «Lo único que recibimos son cancelaciones», ha explicado.
En este panorama, el sector se encuentra «ante el abismo en el que están sumidos» y con «ayudas que no llegan para nada». César Ballesteros ha criticado que las diferentes administraciones tengan distintos criterios a la hora de establecer apoyos, que son «inexistentes» en el caso del Gobierno central y administración local y «mínimas y complicadas», en el de la Xunta.
Para Ballesteros, la salida pasa por «un plan de rescate como se hizo con la banca», ya que, advierte, de lo contrario, lo que hoy son solicitudes de ayudas pueden convertirse «en demandas por daños y perjuicios» en los tribunales.
Finalmente, ha reclamado que se hagan y se presenten estudios e informes «serios» sobre los riesgos de contagio en hostelería para determinar con justificación las medidas y ha hecho un llamamiento a que las cenas y comidas de Navidad se celebren en este tipo de establecimientos, dotados de protocolos y que previenen los contagios «mejor que los domicilios particulares». «Si no, vendrá la tercera ola en enero, y lo que harán es volver a cerrar la hostelería», ha zanjado.
PEREGRINACIÓN A MADRID
Precisamente un grupo de hosteleros del área de Pontevedra se encuentra peregrinando hacia Madrid para exigir ante el Congreso un plan de rescate para el sector.
El grupo, que camina más de 40 kilómetros diarios, realizó ayer la etapa entre Allariz y Verín, y este viernes ya han salido de la comunidad rumbo a la capital española. Las dificultades meteorológicas y las llagas por el esfuerzo están siendo los principales problemas de esta marcha, que está contando con numerosos apoyos dentro y fuera del sector hostelero.