Representantes de las secciones sindicales de la CUT y la CIG en la planta del Grupo PSA en Vigo se han reunido en Santiago con la Valedora do Pobo para trasladarle la «falta de medidas de contención» de la pandemia en la fábrica.
Precisamente, el pasado mes de junio informaron de esta situación a la Consellería de Sanidade, Inspección de Trabajo y el servicio general de inspecciones sanitarias, según ha recordado la CUT. Ante la «aparente dejación de funciones» de los organismos, las centrales han optado por acudir a la Valedora do Pobo para que «ejerza su función de supervisión de las administraciones públicas gallegas».
La Valedora se ha mostrado «muy receptiva» con las inquietudes de los sindicatos, que han esperado que, gracias a la misma, las administraciones correspondientes comprueben que las medidas adoptadas para contener la pandemia en la planta viguesa son correctas, o, en caso contrario, insten a la empresa a aplicar los métodos de prevención precisos.
En este sentido, las centrales han indicado que, desde el pasado mes de junio, PSA se encuentra en un «proceso de desescalada» de las medidas preventivas adoptadas tras el reinicio de la producción que, ante la evolución de la pandemia, «no tiene justificación».
Aunque ha recordado que el proceso de arrancada «tuvo el apoyo de una mayoría de la parte social» y «fue copiado por el sector» y puesto como ejemplo en la empresa, han asegurado que la desescalada «fue realizada de modo unilateral» por la fábrica cuando comenzaba a incrementarse el volumen de casos de COVID-19.
Así, las centrales han advertido de que una falta de medidas de contención de la pandemia «puede tener graves consecuencias» para los empleados y, dado el volumen de la plantilla, «toda la comarca de Vigo». De hecho, han reiterado que la situación actual es «peor» que la de abril y «muchísimo peor» que la de junio, cuando se inició la desescalada interna.
POSICIÓN DE LA PLANTA
Por su parte, fuentes de la planta de PSA en Vigo, consultadas por Europa Press, han resaltado que el protocolo de medidas preventivas puesto en marcha con motivo de la pandemia es «muy riguroso» y fue «trabajado y participado por la mayoría sindical» del comité. Además, han apuntado que CIG y CUT, que no apoyaron este plan, representan al 15% de los empleados.
Las mismas fuentes han enfatizado que el protocolo «es un referente en el sector de la automoción no solo en Galicia, sino también a nivel nacional», y se ha implementado en función de la evolución de la situación sanitaria.
Ese plan preventivo «no puede condicionar o impedir» el trabajo en la fábrica, han explicado, y debe ser «compatible con realizar la producción que demandan el mercado y los clientes», ha remarcado la fábrica.
También ha recordado que los sindicatos «tienen información en tiempo real» de cada caso de COVID-19 y «de los rastreos y los contactos», así como que «todas las semanas» se les traslada un informe-balance de la situación.