Alcoa atribuye a GFG Alliance, el grupo al que pertenece Liberty, «demandas no razonables» para la compra de la planta de San Cibrao, en Cervo (Lugo).
A través de un comunicado, la multinacional estadounidense informa sobre la situación de la transacción de la factoría de aluminio de A Mariña lucense, y reivindica haber estado «negociando de buena fe y de manera diligente con GFG Alliance para llegar a un acuerdo sobre las condiciones generales para la venta de la planta de aluminio».
Dichas condiciones, según lo acordado, «debían haberse pactado antes del 30 de agosto». No obstante, advierte de que se ha superado esa fecha de la primera fase y, tras haber hecho «concesiones sustanciales para facilitar la venta», el grupo GFG Alliance «continúa planteando demandas no razonables y fuera de los límites del acuerdo del 13 de agosto».
«Alcoa ha hecho una propuesta justa y razonable a GFG para facilitar la adquisición de su planta de aluminio», reivindica. En este sentido, concreta que ha accedido a vender la planta de aluminio por un euro, a aportar 50 millones de dólares a un fondo para tratar de garantizar «el éxito futuro» de la planta, a pagar los costes (estimados en hasta 60 millones de dólares) necesarios para la separación de la planta de aluminio de la refinería, y a conceder un contrato de suministro de alúmina por cinco años «en condiciones estándar de mercado».
Por su parte, GFG Alliance «está pidiendo comprar la planta de aluminio por un euro y que además Alcoa asuma costes de hasta 170 millones de dólares en la venta, se niega a comprometer financiación propia para la viabilidad futura de la planta, insiste en obtener opciones exclusivas para controlar la refinería de alúmina de San Cibrao y pretende obtener un contrato de suministro de alúmina durante 20 años, sin precedentes en el mercado y fuera de los límites de las prácticas habituales de esta industria», critica la empresa todavía dueña de la fábrica de A Mariña.
En este sentido, recuerda que «GFG afirmó que estaba dispuesta a asumir todas las pérdidas de la operativa en curso y responsabilidades de la planta de aluminio» pero añade que «ahora sólo se ha ofrecido a pagar un máximo de 1 millón de euros al mes hasta el cierre de la transacción, cantidad sustancialmente menor que las pérdidas mensuales actuales».
Además, lamenta que «no ha proporcionado un plan de negocio que describa cómo garantizará el futuro de la planta de aluminio y aportará una solución energética competitiva».
«VENTA RESPONSABLE»
Alcoa defiende que «trata de lograr una venta responsable que garantice el futuro de la planta y sus empleos bajo el nuevo propietario». En este sentido, destaca haber hecho «concesiones muy importantes para avanzar hacia un acuerdo sobre las condiciones generales para la venta de la planta de aluminio» y haber ofrecido «términos extremadamente razonables a GFG Alliance».
En este contexto, afirma que sigue «esperando una respuesta de GFG para determinar si está dispuesta o no a seguir adelante con la adquisición de dicha planta».