El pleno ordinario del mes de junio del Ayuntamiento de Lugo ha sacado adelante la aprobación del 5% restante del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), que contó con los votos a favor de PSOE y PP y con la oposición del BNG, socio de gobierno de los socialistas. Ciudadanos se abstuvo.
Ahora, tras esta decisión, será la Xunta la que tenga que dar el visto bueno a la nueva redacción del Plan, para la aprobación de ese 5% restante, un trámite que se prevé que esté listo antes de finales de año, cuando la ciudad de Lugo podría contar con la totalidad de su ordenamiento.
El concejal de urbanismo del ayuntamiento lucense, Miguel Couto, ha mostrado en la sesión plenaria su intención de «mirar en positivo y hacia el futuro», donde la redacción de Plan restante permitirá que «70 núcleos rurales» cuenten con su «planeamiento» y se puedan construir entre «1.000 o 1.500 viviendas» para familias lucenses en la zona rural, ha cifrado.
La aprobación de esta mañana salió adelante gracias al apoyo del grupo municipal del partido popular. Su portavoz, Ramón Carballo, ha dicho que esta decisión se tomó por «responsabilidad y coherencia», aunque han dejado claro que no se trata de «un aval» al partido socialista, si no «un apoyo claro a los lucenses que viven en la zona rural».
El BNG, socio de gobierno de los socialistas, ha votado en contra de la aprobación porque, como dijo el teniente de alcalde, Rubén Arroxo, apuestan «por un modelo de ciudad más sustentable y acorde a la realidad de Lugo». El otro grupo político municipal, Ciudadanos, se abstuvo en la votación.
Fuentes del gobierno municipal han querido salir al paso de posibles fisuras en el acuerdo entre PSOE y BNG, dejando claro que la «única excepción» en el acuerdo de gobierno entre los partidos era la relativa a la del Plan de Ordenación, donde habría «libertad total» de voto.