La campaña de alto riesgo de incendios comienza en Galicia este miércoles, 1 de julio, y se extenderá hasta el 30 de septiembre, en un periodo en el que estarán prohibidas las quemas agrícolas y forestales.
De tal forma, se refuerza el operativo para el periodo estival, que alcanzará los 7.000 efectivos entre personal de la Xunta, ayuntamientos, Ministerio, Ejército y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
La Consellería de Medio Rural recuerda que existe un teléfono anónimo y gratuito para denunciar cualquier actividad incendiaria (900 815 085). Asimismo, está activo el 085 para dar aviso en el caso de que alguien vea algún fuego.
OBJETIVO DE QUE ARDAN MENOS DE 17.000 HECTÁREAS
En el plan de lucha contra el fuego (Pladiga) de la actual campaña, la Xunta se fija el objetivo de que ardan menos de 17.000 hectáreas en 2020, en el marco de una campaña en la que se buscará «incrementar» la detención de incendiarios, al tiempo que se tratará de reducir la media de 548 fuegos anuales registrados en la última década.
Tras un 2017 marcado por la ola de fuegos en el que hubo más de 62.000 hectáreas arrasadas, Galicia vivió dos años con un descenso significativo de terreno quemado en 2018 (2.600 hectáreas) y 2019 (6.838 hectáreas).
Ahora, para 2020, el Gobierno gallego señala que sería «óptimo» no alcanzar las 17.000 hectáreas –cerca de 5.300 de ellas de superficie arbolada–, y quedarse de este modo por debajo de la media de los últimos 10 años tras eliminar los valores más altos y bajos de la serie.
Mientras, se trabajará para que la media de superficie quemada por cada fuego no llegue a cinco hectáreas. La meta es mantener en el 70% del total la tasa de los incendios de una hectárea o menos.
Asimismo, se espera que los fuegos de más de 25 hectáreas estén por debajo del 2% y que no se activen más de 13 veces las situaciones de tipo 2, en las que están amenazadas viviendas por el fuego.
AUMENTO DE RED DE CÁMARAS Y DE COMPRA DE DRONES
Para la campaña de este año habrá 120 cámaras operativas en una red de videovigilancia que cubrirá el 59% del territorio, cinco puntos por encima de lo que se abarcaba en el Pladiga de 2019.
Entre otros objetivos, el Pladiga también recoge reducir el número de incendios en zonas de especial vigilancia, así como aumentar la proporción de fuegos detectados en su fase inicial por las cámaras.
Además, se «comprarán más» drones y se incrementará la formación de agentes en su manejo. Se usarán para tareas de prevención y detección de incendios, vigilancia de las obligaciones de control de la biomasa y para investigación.
Junto a esto, se implementará un plan piloto de «sensorización» que permita disponer de datos meteorológicos «permanentemente actualizados» del entorno en el que se produzca un incendio forestal.
MÁS AVIONES Y MENOS HELICÓPTEROS
En lo tocante a los medios aéreos de la Xunta en alto riesgo, aumentan los aviones de carga en tierra de dos a cuatro, aunque bajan los helicópteros de 16 a 13 respecto a lo recogido en el Pladiga de 2019 –se reducen los de tipo ligero de 8 a 5, mientras se mantienen los 6 de tipo medio y los 2 de coordinación–.
Esto provoca que el total de medios aéreos de la Xunta pasen de 18 en 2019 a 17 en 2020. El Gobierno gallego comprará 11 motobombas en 2020 y renovará diferentes vehículos.
UN TOTAL DE 22 DE LAS 28 PARROQUIAS DE RIESGO ESTÁN EN OURENSE
Por su parte, las parroquias de alto riesgo de incendio se rebajan de 71 a 28. De esas 28, un total de 22 se encuentran en la provincia de Ourense.
A Gudiña es el municipio con mayor número de parroquias de alto riesgo de incendios, con cuatro. Le siguen Manzaneda (3), Oímbra (2), Cea (2) y Vilariño de Conso (2). El resto de municipios ourensanos con una parroquia son: Melón, Piñor, Chandrexa de Queixa, Maceda, A Veiga, Cualedro, Laza, A Mezquita y Muíños.
Los municipios de la provincia de A Coruña con parroquias de riesgo son: Carballo, Lousame, Porto do Son y Ribeira. En Pontevedra hay también una parroquia en A Cañiza y otra en O Porriño. Por su parte, no hay ningún caso en Lugo.