En tiempos de confinamiento, los hogares gallegos se convierten en refugios poéticos de la mano de jóvenes creadores que han optado por recitar sus versos en la intimidad de su propio salón para amenizar a otros los días de encierro casero.
Bajo el paraguas de ‘Leite Edicións’, un sello gallego de autoedición, se cobija estos días un nutrido grupo de autores que comparte su poesía por espacio de tres minutos al día, en formato audiovisual y a través de las redes sociales.
Se trata de un «recital colectivo» –como lo ha definido Pablo Rodríguez, coordinador y fundador del proyecto ‘Leite Edicións’ junto con su socia, Afra Torrado– que ha surgido de «manera espontánea» al mismo tiempo que la cultura comenzó a organizar planes para no salir de casa.
Son una nueva generación de poetas que ha optado por compartir en el perfil de Instagram de ‘Leite Edicións’ (@beber_leite) «lo que mejor saben hacer», que precisamente es poesía, en este caso en su vertiente oral.
Cada día, mientras dure el estado de alarma por la crisis sanitaria del COVID-19, sus impulsores esperan cumplir el compromiso de acercar a los confinados el trabajo de distintos autores gallegos «con un discurso cercano a la Generación Millennial’.
Desde ‘Leite Edicións’ siempre han apostado por «la cultura en abierto» y las redes se les presentan como una buena alternativa para «convertir la poesía en algo accesible para todos», ha señalado la poeta Arancha Nogueira que ya tiene dos poemarios publicados con ‘Leite Edicións’ y ha sido la primera en enviar su vídeo a esta iniciativa conocida con la etiqueta #CoronaIpsum.
Para Pablo Rodríguez, «la poesía debe cambiar con los tiempos y ser capaz de adaptarse al avance tecnológico que la actualidad le ofrece». En la misma línea se ha expresado Arancha Nogueira, que apela a «una cultura de base que pueda ser consumida por todos».
Ahora bien, del mismo modo en que entienden que es necesario que la cultura circule por la red, dado sus «poderes curativos y de acompañamiento», tampoco se olvidan de recordar a los consumidores que «cuando toda esta situación haya pasado apoyen a los creadores que, de buena fe, los han acompañado en este encierro» y lo mismo le piden a las instituciones públicas.
REIVINDICACIONES
Por tanto, cuando toda esta situación extraordinaria haya terminado, Arancha Nogueira espera que los confinados se acuerden de «la misma cultura que los salvó mientras estaban metidos en casa en medio de una pandemia».
De sus palabras se extrae una reivindicación clara para el colectivo de los trabajadores culturales que pasa, «como mínimo, por otorgarles el estatus social y la identidad que se merecen por tener como oficio el de artista».
«Si somos una sociedad y nos establecemos en comunidad es, en gran medida, gracias a la cultura que nos vertebra», ha explicado Arancha Nogueira. A partir de ahí, pone encima de la mesa «la importancia de la existencia de ayudas específicas por parte de las instituciones públicas» y la «reducción de las abusivas tasas de autónomos para los que se dedican a hacer cultura».
ESCENARIO
Los vídeos que cada día se muestran en el perfil de Instagram de ‘Leite Edicións’ comparten un decorado en común. Los jóvenes poetas participantes nos «acercan la visión que quieren que tengamos de su hogar», explica Pablo Rodríguez.
De este modo, podemos observar a Arancha Rodríguez recitando en pijama desde el suelo de su salón, a Lucía Cernadas dando a conocer al mundo sus versos desde la cama elástica instalada en el jardín de su casa o a Belén Souto en una habitación rodeada de sus plantas.
De lo que se trata es de «romper con los estereotipos» para comprender que «la poesía no es solo para unos cuantos prestigiosos y entendidos», sino que a través de los versos «se puede llegar a todo el mundo y que sus creadores son gente común y corriente».