Miles de personas han abarrotado la Praza do Obradoiro de Santiago en este lunes 17 de mayo, Día das Letras Galegas, durante el transcurso de un acto convocado por la plataforma Queremos Galego para reivindicar «normalización» y «reconocimiento pleno» del idioma propio y para protestar contra las políticas lingüísticas de la Xunta.
Múltiples colectivos sociales, sindicales y políticos, entre ellos los dos partidos de la oposición –BNG y PSdeG–, han secundado esta protesta celebrada desde las 12,00 horas en el centro neurálgico del casco histórico compostelano, donde han sonado con fuerza las ya habituales consignas: «¡En Galicia, en galego!».
Esta movilización, ya inherente al 17 de mayo –el año pasado no se celebró por la pandemia–, se ha configurado como la cara opuesta a los actos institucionales del Día das Letras Galegas organizados por la Real Academia Galega (RAG) y con la participación del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que este año se han centralizado en Vigo por ser la ciudad donde desarrolló gran parte de su vida Xela Arias, poeta a la que se dedica la festividad en este 2021.
Con carácter previo a la protesta, el portavoz de Queremos Galego y presidente de A Mesa pola Normalización Lingüística, Marcos Maceira, ha comparecido ante los medios para explicar la necesidad de «tomar conciencia» sobre la situación del idioma y que esto «se torne en práctica reparadora» con su «reconocimiento pleno e íntegro».
«Eso es lo que todavía no hace el Gobierno autonómico. Llevamos 40 años de autonomía que aún no sirvieron para reponer, rehabilitar y normalizar completamente la lengua gallega», ha denunciado.
Tras recordar las reiteradas consideraciones del Consejo de Europa y Naciones Unidas sobre la situación del gallego, Maceira ha lamentado que sea «una lengua solo aparentemente oficial», porque «no se puede emplear en todo y para todo».
«No es una lengua oficial aquella que está excluida de la atención sanitaria en plena pandemia, aquella que está excluida prácticamente en todos los contenidos audiovisuales. No es una lengua oficial la que no se puede emplear o el empleo es arbitrario en función de lo que decida el funcionariado en la administración pública», ha resaltado el portavoz de Queremos Galego.
Por todo ello, Maceira ha reivindicado que «es hora de tomar las riendas» del destino del idioma «y saber que todos los pueblos que se desarrollaron económicamente, socialmente y culturalmente contaron con su lengua».
«¡QUEREMOS GALLEGO, YA!»
Este evento de Queremos Galego, de marcado carácter festivo y reivindicativo, ha contado con la música del artista Xiao Berlai y con la actriz Isabel Risco como presentadora, quien ha lanzado proclamas a favor del empleo de la lengua que han recibido el aplauso de todos los asistentes: «¡Queremos gallego, ya!».
«¡Hay que hablar gallego, es la única manera de defenderlo! ¡El gallego vale para todo y, además, combina con todo, que se entere Inditex!», ha gritado.
Asimismo, Isabel Risco ha cargado contra la Xunta de Alberto Núñez Feijóo: «No es normal, es una anomalía que tengamos un gobierno que no esté haciendo políticas lingüísticas. ¡Su única política lingüística es un genocidio, que roza nuestra lingua e intenta meterle glifosato!».
OTROS PARTICIPANTES
Durante el acto, también se ha dado lectura a un manifiesto a favor de la normalización en boca de diferentes personalidades: la Coordinadora de Traballadoras pola Normalización da Lingua, Anxos Sobriño; por el estudiante de secundaria Eduardo Armas; por la trabajadora del aeropuerto de Santiago Marta Romero; y por el actor de doblaje Antón Rubal Pernas.
El escenario también ha contado con la presencia de la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, y del secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, además de otros cargos de formaciones políticas que se han desperdigado por toda la Praza do Obradoiro.
Los miles de asistentes a la concentración –unos 1.600 inscritos, según Queremos Galego, más varios cientos que han acudido a mayores– se han dispuesto de manera que la inmensa mayorían han podido mantener las distancias, mientras portaban pancartas que contenían diversas consignas en defensa del idioma.