Aforos limitados, restricciones a la movilidad, partidos a puerta cerrada como el de este domingo entre el Compostela y el Deportivo y el fantasma de nuevas suspensiones. La crisis derivada de la pandemia de la covid-19 también afecta al fútbol gallego profesional, que esta temporada reducirá entre un 30% y un 50% su facturación y el impacto que tiene como dinamizador de las economías locales.
Esa es la estimación que lanzan desde el Foro Económico de Galicia los economistas José Manuel Sánchez y Patricio Sánchez, consultados por Europa Press.
El primero, profesor de economía aplicada de la Universidade de A Coruña, acaba de publicar el comentario ‘O fútbol profesional en Galicia: un sector económico en auxe’ en el último informe de coyuntura del Foro, mientras el segundo, subdirector de esta institución, imparte economía financiera en la Universidade de Vigo y coordina desde hace años el máster de gestión empresarial del deporte.
En plena segunda ola de contagios del coronavirus, José Manuel Sánchez advierte de que, «en mayor o menor medida, se van a resentir todas las fuentes de ingresos» del fútbol profesional: los vinculados al estadio, los comerciales y también los televisivos.
«La crisis es global, la recuperación todavía no se vislumbra en un horizonte próximo y tanto consumidores (aficionados) como empresas (patrocinadores) tendrán que ajustarse el cinturón. Esto se traducirá en pérdida de ingresos por todo tipo de conceptos: patrocinio, publicidad, merchandising, etcétera», avisa.
Patricio Sánchez destaca que «está demostrado el efecto de clubes de fútbol (sociedades anónimas deportivas) en economías de tamaño medio». «Los beneficios van desde el ámbito económico, turístico y de marca-ciudad», expone, «hasta cuestiones también importantes como la práctica deportiva o aspectos subjetivos».
«Ya tenemos estudios en Galicia (en este caso para A Coruña) que lo relacionan incluso con un incremento de la felicidad. Por tanto, para cualquiera de las ciudades gallegas el efecto es incuestionable», subraya.
Solo Deportivo y Celta, en el ejercicio de 2017, facturaron unos 140 millones de euros, de acuerdo con la información que recoge José Manuel Sánchez.
En el actual escenario de limitaciones, calcula que, en el caso del Celta, la cifra de negocios «podría descender en torno a un 30%». Por su parte, en lo que se refiere al Deportivo, «al sumarse el descenso de categoría y la consiguiente merma de ingresos que ello conlleva», estima que la reducción «podría superar incluso el 50%». «Y ello siempre que las circunstancias no obliguen a nuevas suspensiones de las competiciones», alerta.
MENOS IMPACTO QUE OTROS ESPECTÁCULOS
Además, «en tanto no pueda volver al público a los estadios con normalidad y permanezcan limitadas las opciones de consumo colectivo (en establecimientos públicos), el papel como dinamizador de las economías locales del fútbol se verá considerablemente mermado».
Una parte significativa de los aficionados al fútbol reconoce ver los partidos de su equipo en bares o cafeterías. En la medida en que se mantengan las restricciones de aforo en este tipo de establecimientos, el impacto negativo será «considerable» y, según avisa este profesor, «no solo para los locales de hostelería que se ubican en las proximidades del estadio, sino también para el conjunto del sector».
En cualquier caso, cree que el perjuicio será «menor» para el fútbol profesional, en términos de facturación, que para otro tipo de espectáculos, como la música, «al menos siempre que las circunstancias permitan la disputa de partidos programados».
Esto es así, explica, «en la medida en que un porcentaje relevante de los ingresos de los equipos profesionales procede de los derechos de retransmisión y, aunque este tipo de ingresos también puede sufrir recortes, cabe esperar que dichos recortes sean menores que los que sufrirán otras fuentes de ingresos».
«En el contexto en el que nos movemos, ver el fútbol por televisión es un buen sustituto de la asistencia al estadio, por lo tanto, siempre que se puedan seguir celebrando partidos, seguirá habiendo ingresos vinculados a los derechos de retransmisión», constata. Y esto, según concluye, no sucede con otro tipo de espectáculos.
IMPLICACIÓN DEL EMPRESARIADO GALLEGO
¿Qué ocurre con otros equipos del panorama gallego? El caso del Lugo es, para el profesor Patricio Sánchez, «un excelente ejemplo de ajuste entre rentabilidad deportiva y económica». De hecho, se refiere a él como ‘el Eibar gallego’ y opina que el Pontevedra, «si sigue trabajando así, puede serlo en breve».
La implicación del empresariado gallego, «en mayor o menor medida», es, para el coordinador del master, «el aspecto más positivo» de la gestión empresarial de los cinco clubes de referencia de Galicia (Deportivo, Celta, Lugo, Pontevedra y Ferrol).
Considera que «el caso de Santiago puede ser un buen ejemplo donde que el club deportivo de referencia sea de baloncesto tiene mucho que ver con que no exista uno de fútbol que le hace lo que se puede llamar competencia».
Si bien «si se pretende ganar dinero un club de fútbol no es el sitio donde dirigirse», según reflexiona, «en tanto y cuanto son entidades privadas el beneficio económico es algo que tiene que estar presente», ya que, «si no, algo falla».
En este ámbito, plantea dos recetas: «Aunque ya están haciendo esfuerzos en este sentido, apostaría decididamente por dos aspectos relacionados: la cantera y la implicación con la sociedad (lo que ahora se conoce como responsabilidad social corporativa)». «El problema es que esto genera resultados a medio y largo plazo y ya sabemos que vivimos en el mundo de las prisas», concluye.