La directora de cine y guionista catalana Carla Simón recibió este martes el I Premio de Cinematografía del festival Novos Cinemas de Pontevedra.
La directora de ‘Romería’ regresó a la Boa Vila, ocho años después de presentar en la ciudad del Lérez su ópera prima ‘Estiu 1993’. En esta ocasión ha sido para inaugurar el palmarés de un galardón creado en el décimo aniversario del certamen para distinguir a cineastas cuya obra asume riesgos y encarna la esencia del festival.
«Este premio me da mucha fuerza para seguir haciendo un cine honesto, que nazca desde dentro y se materialice en películas con alma», remarcó la galardonada.
El reconocimiento, una escultura de Eva Tarrío, le fue entregado por el alcalde Miguel Anxo Fernández Lores, en presencia de los directores del festival, Daniel Froiz y Suso Novás. Froiz destacó que Simón es «una creadora maravillosa, siempre dispuesta a explorar nuevas narrativas y a mirar hacia dentro».
Visiblemente emocionada y acompañada por su familia, la directora reivindicó su vínculo personal con Galicia, tierra a la que llegó buscando sus raíces paternas y en la que ambientó ‘Romería’. «Galicia es mi familia, es mi cine y, por encima de todo, es el lugar donde nació la historia de amor de mis padres», afirmó.
Recordó también su paso por Pontevedra con ‘Estiu 1993’ señalando que aquel «fue un encuentro con otros cineastas y con un público donde sentí que la película hallaba a su gente».
Simón definió este regreso como el cierre de un ciclo vital y creativo centrado en su familia y sus orígenes. «Siento que ha llegado el momento de dejarlo ir para seguir creciendo tanto a nivel personal como a nivel cinematográfico».
En este sentido, valoró especialmente que el premio reconozca «el riesgo creativo y la coherencia ética y estética» porque cree «en el cine que sugiere y que propone sin miedo a equivocarse», una forma de entender el séptimo arte que considera inseparable de su manera de estar en el mundo.
La directora, que tiene dos hijos pequeños, aprovechó su intervención para reclamar mejoras en las condiciones de conciliación en el sector audiovisual. Según dijo, «nos queda ahí un largo camino para cambiar dinámicas, deshacernos de culpas y repensar comportamientos escénicos para vivir y poder crear con un poco más de tranquilidad».
En un año que definió como de transformación «creativa y vital», Simón agradeció el galardón destacando que «me emociona pensar que este nuevo comienzo nazca aquí, la que siento que es mi otra casa».

