Triángulo de Amor Bizarro desembarca en el Círculo de Arte de Toledo este viernes, 22 de noviembre, dentro de la gira que le está llevando a lo largo y ancho del país para celebrar su veinte aniversario de una forma peculiar.
En cada concierto, la banda genera un «pequeño ambiente» en la sala y al público le llega vía e-mail un manual con lo que se van a encontrar. Así, en cierto momento, «un ser del vacío» sale al escenario y tira una baraja de Tarot al público, que le vuelve a entregar las cartas al ente y, según el palo que saca, el grupo toca un disco u otro.
En una charla con Europa Press, Isabel Cea (voz y bajo), Rodrigo Caamaño (voz y guitarra) y Rafael Mallo (batería), cuentan cómo afrontan esta gira, cómo se ven tras veinte años de vida como banda y cómo han sobrevivido durante estas dos décadas.
PREGUNTA: ¿Cómo os han sentado estos 20 años de vida?
RODRIGO: Venimos del caos y con estos 20 años lo que sí que ha habido es un ejercicio de autoconciencia, de ver lo y asumir lo que somos. No intentar ser otra cosa. Eso para nosotros, siempre es una victoria, porque seguimos aquí, 20 años después, con ganas y siendo amigos. Hacemos música con el mismo motivo que lo hacíamos en el minuto uno.
ISA: Nunca tuvimos esa necesidad de dar pasos hacia sitios y siempre intentamos buscar cosas diferentes. Y eso yo creo que al final es un poco lo que nos mantiene jóvenes, entre comillas. Es el inconformismo y el seguir teniendo inquietudes por cosas diferentes y por retos difíciles, y no acomodarnos.
RAFA: Nos sale natural no quedarnos en el mismo sitio y eso, durante estos 20 años, lo fuimos haciendo. Cada disco fue como hacer lo contrario a lo que hicimos antes y estar todo el rato así. De hecho, ahora, incluso tocar estas canciones, nos está sirviendo para encontrar cosas que igual nos ayudan para el futuro.
P: ¿Esperabais que vuestra carrera se extendiese durante dos décadas?
RAFA: Para bien y para mal. De mí por lo menos no se esperaba nada, nunca. Eso te deja como todo muy abierto. En ese sentido sí que hay como una especie de aceptación por parte de la familia y de celebración también. Ahora, yo mismo, no imaginaba nada.
RODRIGO: Vamos adaptándonos a la realidad, a los cambios, a las crisis, y vamos sorteando. Realmente sí que creo que somos un grupo que nos vamos moldeando con la realidad y con lo que pasa. No vivimos en esa burbuja y estrellato del pop, ni mucho menos; y queremos que nuestro arte se empape de lo que pasa en el mundo. Somos un grupo muy terrenal.
P: ¿Qué mejores y peores momentos habéis vivido como banda?
RODRIGO: Son muchos momentos. En 20 años pasa de todo y es un día a día. Un día estás superagobiado y estresado y otro día lo pasas muy bien. Es la realidad de todos los seres humanos.
RAFA: Hubo todo tipo de cosas, con momentos de conciertos flipantes y grabaciones de discos que fueron un poco infierno y otras que fueron muy celebradas. Realmente a mí me cuesta escoger hitos de decir: Este momento lo atesoro para toda mi vida. Es un camino.
ISA: Al final hemos aprendido a disfrutar de las cosas ya que vivir de la música y vivir girando es poder llegar a ese momento familiar o de amistad de estar bien… Es una filosofía de vida, es un trabajo para nosotros. Poder disfrutar mientras estamos siete horas viajando es al final lo mejor que nos podemos llevar de ser un grupo.
P: ¿No es una locura tener la posibilidad de tocar cualquiera de vuestros discos en cada concierto?
RODRIGO: Pues sí. Escuchamos los discos en un ejercicio contemplativo, porque no puedes ensayar ese repertorio ni memorizarlo, para situarnos en ese momento, cuando estábamos haciendo las canciones. Y creo que la gente también lo está agradeciendo porque es un formato que no es muy habitual. Además, nos está haciendo, como banda, subir un nivel extra de capacidades técnicas y artísticas.
RAFA: Al principio, por lo menos a mí me parece, había como un nervio. Pero, de repente, estás ahí como en una nebulosa y te vas cayendo y es una sensación gratificante.
P: ¿Preferís tocar algún disco en concreto? ¿Cuáles son los que más demanda el público?
ISA: Depende. Yo, por ejemplo, hay algunos a los que les tengo miedo. Sin embargo, por ejemplo, ayer –dice en referencia a los conciertos en Madrid de la semana pasada– salieron dos a los que les tenía mucho –miedo– y la verdad es que salieron muy bien. No es fácil, pero creo que conforme vamos tocando los discos más de una vez, cambia todo y lo que antes era difícil, ahora de repente se convierte en fácil, y lo que era fácil a lo mejor se te atraviesa más.
RODRIGO: Hay combinaciones fatales porque de repente te machacan al ser físicamente muy exigentes. Por ejemplo, si me toca ‘Año Santo’, que prácticamente canto yo casi todo, acabo…. Pero hay muchas combinaciones y también es como un diálogo entre los propios discos. Y la gente realmente ve la diferencia.
RAFA: Y el hecho de no estar memorizados también hace que las canciones vayan variando en cada concierto. También es cierto que hay discos con un sonido muy determinado, que hay mucha gente que igual no escuchó en directo nunca y de repente notan mucha diferencia entre ese disco y el otro que sale ese día.
P: Seguís, tal y como nos contasteis en una entrevista hace diez años, en una especie de limbo en la que podéis hacer lo que os dé la gana.
ISA: Creo que de otra forma no sé si funcionaríamos, sinceramente. Nos dedicamos a esto precisamente porque nuestro espíritu es así: Hacer lo que nos da la gana. Y si tuviéramos un trabajo, nos hubieran echado ya unas cuantas veces seguramente.
P: ¿Cuáles serán los próximos pasos a seguir?
RODRIGO: Esto nos está valiendo un poco para que todas nuestras canciones nos sirvan de fuente de inspiración a nosotros mismos y estamos con muchas ganas de ponernos con material nuevo porque tenemos un montón de ideas. Creo que a finales de enero tenemos una gira por Latinoamérica y después alguna cosilla por aquí muy concreta, pero sobre todo nos centraremos en hacer material nuevo.
RAFA: Es cierto que queremos parar un momento y ponernos a componer. Igual llevamos cuatro años sin parar de girar y tenemos ganas volver a ponernos en el estudio, ir dándole vueltas a las canciones y ponernos con un disco nuevo. Es como algo que te pide el cuerpo.
P: Estos 20 años también os habrán dado para conocer la industria musical española ¿Cómo se encuentra en la actualidad?
RODRIGO: El sector musical es un reflejo de la economía y la sociedad a nivel global. Estamos en una época complicada porque es un sector muy gobernado por plataformas. Nosotros mismos lo notamos porque ahora tienes que ser de todo, no vale con ser músico y ser muy bueno en tu trabajo. Tienes que ser un comunicador. Bueno, más que un comunicador, un trilero. Tienes que ser un vendedor de humo porque es lo que funciona.
ISA: Lo que dirige tu éxito ahora es la cantidad de seguidores y la cantidad de escuchas y no puedes estar a margen de eso. El producto final también está tocado por eso. Tienes que hacer una serie de cosas que al algoritmo le valgan. No le vale lo diferente, le vale una cosa. Ahora veo más conformismo y gente muy joven que podría revolucionar muchas cosas, que no va a revolucionar nada, porque no puede llegar a ese sitio de una forma diferente. Hay unos filtros brutales a la creatividad.
RAFA: Y luego también está el factor de la variedad. Yo me acuerdo en épocas como la de ‘My Space’ que veías que todo el mundo llegaba a poca gente pero tenías como un abanico grande, y en cierto momento eso se ha ido estrechando y cada vez ves que hay menos margen de estilo, como que hay algo que funciona.