Representantes de la Xunta, del Ayuntamiento de Santiago y de la sociedad civil han participado en el ya tradicional acto interinstitucional en el cementerio de Boisaca para recordar a Ramón María del Valle-Inclán y a Isaac Díaz Pardo ante las tumbas donde descansan sus restos mortales.
Y es que este mismo viernes, 5 de enero, se cumplían 88 años desde la muerte de Valle-Inclán, originario de Vilanova de Arousa (Pontevedra) pero muy vinculado a la capital gallega, y 11 desde la de Díaz Pardo. Ambos, en palabras del conselleiro de Cultura, Educación, FP e Universidades, Román Rodríguez, fueron dos creadores que «contribuyeron a la historia de Galicia», cada uno desde su ámbito.
Además de Rodríguez, han acudido a este acto la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, y otros miembros de la Corporación local; el director xeral de Cultura, Anxo M. Lorenzo; y el presidente de la Asociación de Amigos de Valle-Inclán, José María Paz Gago, entre otros.
Tras las ofrendas florales realizadas por las diferentes autoridades, la regidora ha tomado la palabra para señalar el «día especial» que es «siempre» el 5 de enero.
Sanmartín ha destacado a Valle-Inclán como una «figura central» para la ciudad no solo desde «el punto de vista literario» y «cultural», sino también desde el «personal». «Hizo muchísimo por el teatro a nivel gallego, sino también internacional», ha agregado.
Sobre Díaz Pardo, la alcaldesa lo ha rememorado como una «persona generosa, amiga de la cultura y defensora de nuestra tierra», puesto que «siempre trabajó a favor de nuestra memoria colectiva» como pueblo.
Por su parte, el conselleiro de Cultura ha destacado la participación de «instituciones de diferentes partidos, sociedad civil y estudiosos de Valle-Inclán», entre otros, en este acto como una muestra de la figura del autor para «generar cohesión en la sociedad».
«Todos, por encima de muchas cosas, honramos a muchos creadores que han contribuído a la historia de Galicia», ha agregado Rodríguez, quien ha proclamado que «un pueblo que honra a los suyos y a personas que lo merecen por su genialidad creadora se honra también a sí mismo».
Conmemorar tanto a Valle-Inclán como a Díaz Pardo es, ha concluido, «un orgullo».