El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha reivindicado este viernes el «respeto a la diversidad lingüística» como «mejor respeto a las identidades» y ha erigido a Europa en «referente de los valores de la democracia, la libertad y la igualdad» por su «respeto» a las lenguas.
García Montero ha lanzado este mensaje durante su participación en las jornadas sobre las instituciones estatutarias organizada por el Parlamento gallego con motivo de la celebración del 40 aniversario del Estatuto de Autonomía de Galicia.
En su intervención, García Montero ha erigido a Europa, «más que ningún otro lugar del mundo», en «referente de los valores de la democracia, la libertad y la igualdad». «Porque digo esto, porque cuando se pone en marcha la Unión Europea no se cae en la tentación de querer imponer una lengua, se respetan las lenguas», ha señalado.
Así, ha recordado que en Europa se hablan, «teniendo en cuenta las distintas variedades, en torno a las 200 lenguas» y ha contrapuesto este respeto europeo a lo ocurrido en Estados Unidos durante el mandato de Donald Trump.
A este respecto, ha afirmado que el Instituto Cervantes pasó «años malos» con la «antigua administración norteamericana Trump» cuando «desde la Casa Blanca se borró la página web en español, se puso en marcha la consigna ‘solo inglés’ y se elaboraron políticas para humillar a los hispanos que hablaban español, por ejemplo, en los colegios». «Más de 50 millones de personas y la mayoría con pasaporte americano», ha censurado.
«No entender que el respeto a una lengua es el respeto a una persona es optar por fundamentalismos, por identidades cerradas, por nacionalismos trasnochados y por una falta de valores democráticos que es lo que respeta Europa cuando respeta su diversidad lingüística», ha subrayado.
García Montero ha señalado que el Instituto Cervantes quiere celebrar el «orgullo en un sentido de pertenencia que se duplica cuando respeta la diversidad, el diálogo y evita los dogmas». «Y esto se hace a través de la cultura, y no solo a través de la alta cultura que tiene pretensiones de universalidad, sino a través de la cultura popular», ha sostenido.
EL DEBATE CULTURAL DEBE ACOMPAÑAR AL DEBATE DEL AUTOGOBIERNO
«La pertenencia y el orgullo de pertenencia es democrático cuando se abre al entendimiento, porque es la única manera de evitar que identidad sea fanatismo, y por eso es tan importante que el debate cultural acompañe al debate del autogobierno y por eso es tan importante que Galicia pusiese en marcha un Consello da Cultura Galega al poner en marcha su Estatuto de autogobierno», ha afirmado.
García Montero ha participado en una mesa redonda en la Cámara gallega junto a la presienda del Consello da Cultura Galega, Rosario Álvarez, y la directora de la Organização dos Estados Ibero-americanos para a Educação, Ciência e Cultura en Portugal, Ana Paula Laborinho.
CULTURA EN ESPAÑOL Y CULTURA ESPAÑOLA
En su discurso, García Montero ha recordado que el Instituto Cervantes tiene como líneas fundamentales de trabajo «la difusión y apoyo de las culturas de las distintas nacionalidades y regiones de España», así como «la difusión de la cultura en la lengua española».
«Para hacerlo legítimamente había que tener un orgullo democrático que se alejase de cualquier tipo de lectura imperial, reduccionista con falta de respeto», ha manifestado para señalar que «sería ridículo haber empezado a defender la cultura española con cualquier tipo de idea patrimonial, imperialista, colonizadora, propia de la dictadura».
En esta línea, ha dicho que la «tarea» del Cervantes «no es solo la cultura en español, sino la cultura española». «La diversidad es una riqueza y, en ese sentido, nuestro trabajo está presente no solo en la cultura en español, sino en la cultura española que se habla en gallego, en euskera y en catalán».
Para ello, ha dicho que la red del Cervantes formada por 88 centros en 46 países «está al servicio de todas las comunidades y de todas las culturas españolas» y ha enmarcado en la «normalidad» la colaboración con el Consello de la Cultura Galega, así como en las instituciones culturales catañalas y vascas.