La alcaldesa de Viveiro (Lugo), María Loureiro, ha lamentado el «importante coste» económico que va a suponer para el municipio y la comarca de A Mariña la suspensión de la décimoquinta edición del festival de música Resurrection Fest, que se celebra en julio.
Loureiro se ha resignado a que se haya aplazado «por segundo año consecutivo». «Era más que previsto y no es posible por la situación que estamos sufriendo», ha reconocido. «Ahora mismo Viveiro está en una buena situación epidemiológica, pero sí que es cierto que no es el momento para celebrar este macrofestival», ha zanjado.
Al respecto, la regidora sostiene que supone una «pena» que se haya tenido que volver a suspender por segundo verano consecutivo, porque «es uno de los motores dinamizadores de la economía local».
En cuanto al volumen de negocio que se pierde, María Loureiro ha destacado que esa repercusión no solo la van a notar en el ayuntamiento «sino en toda A Mariña». «Es un festival que alberga a unas 80.000 personas», ha estimado.
En Viveiro son 2.000 las plazas hoteleras, además de «algún apartamento que se alquila en esas fechas», ha puntualizado, y que no llegaban para «albergar a toda la gente que venía al Resurrection Fest». «La gente se desplazaba por toda A Mariña, incluso llegaban a Ortigueira (A Coruña)», ha incidido.
Al respecto, señala que «uno de los sectores más afectados va a ser el de la hostelería, que salvaban esa temporada» gracias al festival. «Además la organización para disponer el recinto producía muchos puestos de trabajo directos e indirectos», ha resumido.
María Loureiro espera que en 2022 se recupere este macrofestival, que también dependerá de la vacunación. «Esperamos que sí (para 2022) y que estemos todos vacunados. Es una de las fiestas más grandes», ha concluido la alcaldesa de Viveiro.