La Real Academia Galega (RAG) le ha pedido a Patrimonio Nacional que difunda en la Red y con acceso libre los códices de las ‘Cantigas de Santa María’, que actualmente están custodiados en El Escorial.
La academia ha hecho coincidir esta petición, según ha explicado en un comunicado, con la efeméride conmemora este 2021 del 800 aniversario del nacimiento de Alfonso X el Sabio, el rey y poeta responsable de uno de «los monumentos más reconocibles de la cultura europea de la Edad Media», las Cantigas de Santa María.
«Ha llegado el momento de que el público interesado, además de los especialistas, tengan acceso libre a estos códices, a través de reproducción digital disponible en abierto en la web», ha indicado la academia en una declaración publicada este miércoles. «Patrimonio Nacional se lo debe a la cultura gallega, a la hispánica, a la europea y a la cultura universal», ha concluido la institución.
La colección de las Cantigas de Santa María –más de 400 cantares en gallego– fue elaborada por el propio rey Alfonso X en el siglo XIII. Uno de los volúmenes, el Códice de Toledo, se encuentra en la Biblioteca Nacional de España y puede consultarse en el sitio web de la institución; otro permanece en la Biblioteca Nacional Central de Florencia (Italia), y también puede revisarse online; mientras que los otros dos están guardados en la Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial.
Según ha señalado, la academia gallega contactó el pasado enero con Patrimonio Nacional para solicitar la puesta de los volúmenes –Códice Rico y Códice de los Músicos– a disposición pública en la Red, pero Patrimonio, sin sugerir ninguna fecha concreta, «se limitó a indicar que la digitalización de las obras ya se contempla en su programación cultural y que está pendiente del desarrollo de la planificación institucional».
La Real Academia Gallega ha recalcado la dificultad de acceso a estos volúmenes. El Códice de los Músicos, por una parte, se editó en la década de los 60 «en condiciones muy precarias», mientras que el Códice Rico, conocido por sus ilustraciones, «fue únicamente objeto de ediciones facsimilares de lujo por parte de editoras privadas, solo al alcance de personas e instituciones que pueden adquirirlas a precios muy elevados».