El investigador de la Universidade de Vigo (UVigo) Jonatan Rodríguez ha mostrado en su tesis de doctorado que la presencia de acacias invasoras reduce la abundancia y riqueza de especies de invertebrados en un lugar, así como el reemplazo de insectos nativos por exóticos.
Según ha informado la universidad, la investigación, dirigida por los profesores Luis González y Adolfo Cordero, se ha centrado en tres especies leñosas del género acacia (Acacia dealbata o mimosa, Acacia longifolia y Acacia melanoxylon o acacia negra) y la planta Carpobrotus edulis, conocida como uña de gato.
En concreto, el estudio ha remarcado que las plantas exóticas invasoras analizadas «alteran de forma severa las interaccións bióticas» y pueden «modificar las condiciones de los ecosistemas».
A ese respecto, el investigador Jonatan Rodríguez ha señalado que algunos autores han descartado que la invasión de plantas pueda afectar a la biodiversidad. Sin embargo, ha afirmado que esta tesis muestra que pueden producir una «reducción de la diversidad taxonómica» y el reemplazo de especies nativas de invertebrados por otras exóticas.
Así, el estudio ha relacionado la invasión con la reducción de la abundancia y riqueza de comunidades de herbívoros y ha señalado que pueden conllevar «cambios severos» en la comunidad de insectos y «modificar las interacciones bióticas». Asimismo, mediante la investigación se ha observado que los herbívoros exóticos se expanden gracias a «la presencia de nuevos hospedadores invasores» que les proporcionan alimento y hábitat, «lo que supone un riesgo debido a su aumento poblacional».
El trabajo de campo que ha permitido realizar este estudio se llevó a cabo en el noroeste peninsular, donde se encuentran algunas de las especies invasoras que más problemas generan, y en Sudáfrica «para evaluar las especies de invertebrados que conviven con uña de gato en su origen nativo y compararlo con los que conviven con esta especie en la península».
INTRODUCCIÓN DE ESPECIES
En concreto, las especies de acacias analizadas se introdujeron en la península en el siglo XIX para utilizarse en silvicultura, estabilización de suelos y ornamentación y «pueden formar densas masas monoespecíficas que reducen el paso de la luz en el sotobosque, afectando a la diversidad y cobertura de plantas nativas».
Mientras, la conocida como uña de gato se importó en el siglo XVII con fines ornamentales y presenta un crecimiento clonal que le permite propagarse horizontalmente y formar densas masas que cubren la superficie circundante y alteran la vegetación autóctona.
El investigador ha señalado la necesidad de utilizar la información recabada para definir estrategias a largo plazo que permitan reducir la propagación de estas especies y regenerar las zonas afectadas. Para ello, ha abogado por que se analicen los cambios que estas generan en la flora y la fauna.