Un activista gallego, miembro del Movemento Ecoloxista da Limia, se enfrenta a una demanda del grupo Coren, una de las más importantes cooperativas agroalimentarias de España, tras intervenir durante un programa de televisión y vincular a la compañía con vertidos de purines.
El denunciado es un agricultor y ecologista de la citada comarca, Manuel García, uno de los integrantes de un colectivo que lleva años denunciando la mala gestión de residuos de las granjas, las consecuencias de la ganadería intensiva en el ecosistema y en la contaminación de las aguas.
El pasado mes de septiembre ‘España directo’ emitió un programa dedicado a la situación del embalse de As Conchas, por la presencia de cianobacterias, y analizaban los efectos de la sobreexplotación de las granjas y los vertidos indiscriminados.
En este espacio, además de diversos vecinos de la zona, intervino el activista de MEL, mostrando un video de una cisterna de una granja, supuestamente propiedad de Coren, regando con purín una pradera en un monte comunal, y señalando las consecuencias que tienen estas sustancias (antibióticos, químicos, restos de productos de limpieza) cuando se filtran al subsuelo, tanto en las aguas subterráneas como por los excedentes que llegan a los ríos y, por ello, a los embalses.
El ecologista recibió semanas después un aviso por demanda civil de Coren por imputaciones falsas y supuesta intromisión ilegítima en el derecho del honor de la compañía, reclamándole un millón de euros por daños y perjuicios.
El próximo lunes, 2 de marzo, tendrá lugar el acto de conciliación en el juzgado de Xinzo de Limia previo a la demanda civil contra este activista.
MANIFIESTO DE APOYO
Ante esta situación, el movimiento ecologista gallego y representantes de decenas de colectivos sociales y políticos han impulsado un manifiesto en solidaridad y apoyo a este activista, en el que acusan a la empresa de intentar «cerrar la boca» a quienes se oponen a este modelo industrial.
«O val da Limia absorbe cada año más de un millón de toneladas de residuos ganaderos, residuos que en muchas ocasiones no son sometidos a ningún tipo de tratamiento previo y que son vertidos incluso en espacios protegidos, en las inmediaciones de cursos de agua, en balsas sin impermeabilizar, pasando así al suelo y contaminando este y los acuíferos», denuncian.
El texto está suscrito, entre otros, por Adega, A Ría Non se Vende, Anova, Amigos da terra, o el Sindicato Labrego Galego.