La plataforma Casalonga Limpa de Residuos reclama un cambio en la legislación para prohibir que los huecos dejados por las minas a menos de un kilómetro y medio de los núcleos de población puedan rellenarse con residuos, sea cual sea su procedencia.
A través de un comunicado, este colectivo recuerda que, a partir de un Real Decreto del 2009, empresas ajenas a la actividad minera «ven abierta la puerta a un nuevo nicho de negocio» que consiste en comprar explotaciones abandonadas y llenarlas de deshechos.
En el caso de la antigua mina de Casalonga, situada en el municipio coruñés de Teo a siete kilómetros de Santiago, la empresa Toysal adquirió sus derechos y el año pasado solicitó construir una planta de biogás en estos terrenos.
Ante ello, la plataforma denuncia que hay ejemplos de compañías que ya iniciaron «estas supuestas actividades de restauración de enclaves mineros con resultados nefastos para el medio ambiente» y con «población cercana». De hecho, la mina de Casalonga se sitúa a menos de un kilómetro de 10 núcleos de población entre 100 y 500 habitantes, según calcula el colectivo.
Por todo ello, Casalonga Limpa de Residuos solicita que se modifique el Real Decreto para que «en ningún caso» se permita que la entidad explotadora «rellene el hueco minero con residuos ajenos a la explotación, tanto mineros como de procedencia no minera, cuando existan núcleos de población a menos de 1.500 metros de distancia».
Además, reclama que se deniguen los planes de restauración de estas explotaciones si las administraciones locales emiten informes de impacto socioeconómico negativos.