Sogama ha adjudicado a la UTE Espina Obras Hidráulicas SA – Geoxa General de Construcciones SL, por un importe de 6,4 millones, la construcción de la planta de compostaje de biorresiduos en el Ayuntamiento de Cervo (Lugo), que dará servicio a unos 15 municipios de A Mariña lucense.
La instalación, que se levantará en el polígono industrial de Cuíña, ocupará una parcela de casi 8.000 metros cuadrados. Así, dará servicio a 15 ayuntamientos del arco cantábrico gallego (la práctica totalidad de los pertenecientes a la comarca de A Mariña lucense, además de Mañón), con una población de más de 69.300 habitantes. Es el caso de Cervo, Alfoz, Barreiros, Burela, Foz, Lourenzá, Mañón, Mondoñedo, Muras, Ourol, Ribadeo, O Valadouro, O Vicedo, Viveiro y Xove.
La planta acogerá todo el proceso de compostaje (pretratamiento, fermentación, maduración y almacenamiento), dispondrá de capacidad para tratar 3.000 toneladas de materia orgánica cada año, a las que habrá que sumar 1.600 toneladas de material estructurante (podas y restos de madera). Producirá alrededor de 1.500 toneladas de compost que se destinará, como fertilizante natural, al sector de la agricultura y ganadería.
Según informa Sogama en un comunicado, formará parte de la red de infraestructuras diseñada por la Xunta para que la mayor parte de los ayuntamientos adheridos tengan acceso a la valorización de la materia orgánica y dispongan de una planta de biorresiduos, o de transferencia, a menos de 50 kilómetros de distancia.
Asimismo, estará alimentada por energías renovables y equipada también con innovadores sistemas de depuración de aguas y de aire, así como de reducción del nivel de ruido.
INFRAESTRUCTURA EN GALICIA CON 17 INSTALACIONES
Conforme a la legislación europea, los ayuntamientos disponen de plazo hasta el 31 de diciembre de 2023 para instaurar la recogida diferenciada de la materia orgánica a través del contenedor marrón.
Si bien se trata de una competencia municipal, contarán con el respaldo de la Xunta, que diseñó y articuló una red de infraestructuras conformada por 17 instalaciones: cuatro plantas de biorresiduos (una por provincia, actualmente la de Cerceda da servicio a 4 municipios), apoyadas por 13 plantas de transferencia que dispondrán de una tolva específica para el trasvase de la parte orgánica.
La previsión es que las instalaciones integradas en esta red, a las que se destina una inversión de 38,6 millones de euros, entren en funcionamiento a finales de 2022. Junto con las plantas privadas, se prevé cumplir los objetivos europeos de reciclaje para 2025.
Esta actuación cuenta con una cofinanciación de fondos Feder como parte de la respuesta de la Unión Europea a la pandemia de la covid-19.