La Xunta ha incorporado un castaño situado en Lugo y un alcornoque localizado en Redondela (Pontevedra) al Catálogo gallego de árboles singulares por sus valores culturales y su excepcionalidad.
El Diario Oficial de Galicia (DOG) ha publicado este martes una resolución por la que estos ejemplares se integran en este registro público en el que figuran árboles y formaciones que merecen una protección especial por sus características singulares, según detalla la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda.
En concreto, el alcornoque se encuentra en el Monte da Peneda, en Redondela, y es un árbol de 20 metros de altura de la familia de las fagáceas. Presenta una copa irregular y oscura, que es característica de la región mediterránea y, por tanto, poco abundante en Galicia.
Este ejemplar de grandes dimensiones cuenta con un tronco muy grueso que comienza a ramificarse a poca altura. Así, las ramas se dividen hasta formar una copa de grandes dimensiones, redondeada y abierta. Los efectos de la edad, la exposición a los vientos marinos cargados de salinidad y el suelo muy compacto se manifiesta en la sequedad.
La inclusión de este alcornoque en el catálogo ha tenido en cuenta sus valores culturales, ya que se encuentra en la fachada posterior de la actual Ermita da Peneda.
Anteriormente, en esa zona se asentaron, entre otros, un antiguo castro y el Castillo de Castrizán, construido en 1477 por el arzobispo de Santiago Alonso de Fonseca, con la principal función de vigilar a Pedro Madruga, que habitaba en el vecino castillo de Soutomaior y no era partidario de los Reyes Católicos.
A la ermita se accede mediante un túnel de arco de medio punto y bóveda de cañón que se encuentra en una muralla reformada en el siglo XIX y que recuerda otras entradas de castillos.
CASTAÑO
Mientras, el castaño Casa Fragueiro se sitúa en el lugar de Riazó-Ombreiro, en el término municipal de Lugo. Estudios científicos apuntan a que este árbol es autóctono y ya estaba presente en Galicia antes de las últimas glaciaciones, si bien algunos autores aseguran que los romanos introdujeron esta especie en la península ibérica.
Este ejemplar destaca por su porte, sus dimensiones y su forma. Se trata de un castaño injertado con un tronco grueso que se ensancha desde la base hasta unos tres metros. Así, adopta formas diferentes que ensalzan su belleza y cuenta con un tamaño de más de 12 metros de alto y ocho metros de circunferencia.
El Catálogo gallego de árboles singulares es una herramienta abierta y en constante actualización, cuyo reglamento se ha sometido a diversas revisiones desde su aprobación de su reglamento en 2007. En la actualidad, incluye 143 árboles y 38 formaciones de las cuatro provincias.