Más de medio centenar de personas han subido este sábado al Monte da Neve, en Celanova, para protestar por la instalación de eólicos en el entorno en la ‘I Marcha en Defensa da Auga, a Paisaxe e o Patrimonio da Casa da Neve’ organizada por la plataforma Stop Eólicos Xurés-Celanova.
Además de vecinos de la Baixa Limia, más de 20 asociaciones y colectivos –clubs deportivos, entidades vecinales como las de Vilanova dos Infantes e Ramirás, los Comités de Memoria Histórica da Comarca de Celanova e do Val do Limia y direntes grupos ecologistas, entre otros–, han participado en la marcha «contra la invasión eólica en todo el país».
La marcha ha salido de la Praza Maior de Celanova y ha llegado a uno de los «lugares primitivos de la fundación» de O Mosteiro y del pueblo, el Monte da Casa da Neve, donde una empresa con sede en Alemania pretende establecer un polígono eólico que «convertiría en terreno industrial más de 500 hectáreas de prados y bosques, con siete aerogeneradores de 180 metros de alto, visibles desde todo el entorno y aprovechando las facilidades que concede la normativa vigente para levantar una instalación industrial a menos de un kilómetro de las poblaciones, algo prohibido en Alemania».
En el alto del monte, los participantes fueron guiados por el ex director xeral de Conservación da Natureza del Gobierno gallego 2005-2009, Xosé Benito Reza, y por el arqueólogo Davide Pérez, que les explicaron «los impactos ambientales y patrimoniales que ocasionaría el plan de empresa en caso de ejecutarse».
Así, visitaron O Neveiro da Casa da Neve, los restos de la mina romana a cielo abierto y el área donde estudios recientes sitúan la Casa Grande de la familia de San Rosendo y las Torres de Velbís. Además, los guías señalaron los lugares con túmulos en los que los informes arqueológicos ven «una continuidad del conjunto megalítico de O Laboreiro».
En la marcha, además de los vecinos de las localidades cercanas, han participado la parlamentaria del BNG, Noa Presas, y el concejal nacionalista en Celanova, Leopoldo Rodríguez, así como miembros de colectivos ecologistas, como Amigos da Terra e Amigos das Árbores, integrados en la Rede Galega Stop Eólicos.