Greenpeace ha denunciado el crecimiento «desorbitado» de la ganadería industrial en A Limia (Ourense) y sus efectos ambientales en la zona, de la que ha responsabilizado en parte al grupo Coren. De la compañía, ha expuesto también, en el ámbito de su campaña ‘#hablaRural’, la denuncia contra un agricultor y activista medioambiental.
En una comparecencia ante los medios de comunicación, la organización ha presentado ‘Informe Coren contra Manuel’, una iniciativa en la que denuncia «las prácticas a las que el gigante cárnico recurre para silenciar a las personas críticas con su modelo de negocio y con la ganadería industrial».
«Principal causante de la grave e histórica contaminación que sufren los acuíferos de la comarca de A Limia, en Ourense», subraya a este respecto.
La organización sostiene que el grupo Coren interpuso en febrero de este año una denuncia contra el activista medioambiental Manuel García, «por la que le exigen un millón de euros por unas declaraciones en las que el agricultor denunciaba la contaminación del embalse de As Conchas y señalaba a Coren entre los responsables».
«Estamos ante unas empresas todopoderosas, que manejan mucho dinero e implican a muchas familias y resulta difícil denunciar sus malas prácticas», ha declarado Manuel García, agricultor ecológico y miembro del Movimiento Ecoloxista da Limia. «Pero era necesario, porque estábamos llegando a un punto de colapso total de los recursos hídricos de A Limia».
CONTAMINACIÓN DE AGUAS
Para Greenpeace, «el crecimiento exponencial de la cuenta de resultados del Grupo Coren está asociado a su apuesta por la ganadería industrial y es parejo con la degradación ambiental que padece la comarca de A Limia donde, principalmente, desarrolla su actividad».
Así, apunta que varios estudios científicos y los resultados oficiales del seguimiento de la calidad de las aguas en la zona muestran «que la contaminación de las aguas por nitratos, fósforo y otros compuestos se debe principalmente a la ingente cantidad de residuos que origina la ganadería industrial y la absoluta falta de control de su vertido en los campos gallegos».
Al respecto, la organización sostiene que Galicia «es la única comunidad autónoma que hasta la fecha no ha designado ninguna zona vulnerable a los nitratos».
«El crecimiento desorbitado de la ganadería industrial en A Limia está provocando un aumento continuo de las concentraciones de nitratos en las aguas superficiales y subterráneas, dejando incluso a poblaciones sin agua potable», afirma, a este respecto, Serafín González, doctor en Biología, investigador científico del CSIC, y presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural.