La masa de microplásticos «invisibles» que se encuentran en las aguas superiores del Océano Atlántico es de aproximadamente 12 a 21 millones de toneladas, según una investigación publicada este martes en la revista ‘Nature Communications’.
Significativamente, esta cifra es solo para tres de los tipos más comunes de basura plástica en un rango de tamaño limitado. Sin embargo, es comparable en magnitud a las estimaciones de todos los desechos plásticos que han entrado en el Océano Atlántico durante los últimos 65 años: 17 millones de toneladas. Esto sugiere que el suministro de plástico al océano se ha subestimado sustancialmente.
La autora principal del artículo, la doctora Katsiaryna Pabortsava, del Centro Nacional de Oceanografía (NOC), explica que «anteriormente, no podíamos equilibrar la masa de plástico flotante que observamos con la masa que creíamos que había entrado en el océano desde 1950. Esto se debe a que estudios anteriores no habían medido las concentraciones de partículas microplásticas ‘invisibles’ debajo de la superficie del océano. Nuestra investigación es la primera en haber hecho esto en todo el Atlántico, desde el Reino Unido hasta las Malvinas», asegura.
El coautor, el profesor Richard Lampitt, también del NOC, añade que, «si asumimos que la concentración de microplásticos que medimos a unos 200 metros de profundidad es representativa de la de la masa de agua hasta el fondo marino con una profundidad media de unos 3000 metros, entonces el Océano Atlántico podría contener alrededor de 200 millones de toneladas de basura plástica en esta categoría limitada de tipo y tamaño de polímero. Esto es mucho más de lo que se cree que se ha suministrado», añade.
«Para determinar los peligros de la contaminación plástica para el medio ambiente y para los humanos necesitamos buenas estimaciones de la cantidad y características de este material, cómo entra en el océano, cómo se degrada y luego cuán tóxico es en estas concentraciones –prosigue–. Este documento demuestra que los científicos han tenido una comprensión totalmente inadecuada incluso del más simple de estos factores, cuánto hay, y parece que nuestras estimaciones de cuánto se vierte en el océano se ha subestimado enormemente».
Pabortsava y Lampitt recogieron sus muestras de agua de mar durante la expedición 26th Atlantic Meridional Transect en septiembre a noviembre de 2016. Filtraron grandes volúmenes de agua de mar a tres profundidades seleccionadas en los 200 metros superiores y detectaron e identificaron contaminantes plásticos utilizando espectroscópicos de última generación. técnica de imagen. Su estudio se centró en polietileno, polipropileno y poliestireno, que son los tipos de plástico comercialmente más prominentes y también más desordenados.