La Xunta de Galicia tiene dos frentes abiertos este año para la campaña contraincendios. El fuego, el enemigo de todos los años, y la COVID-19, un inesperado enemigo que complicaría más las tareas de prevención y extinción de las brigadas, emisoristas y vigilantes. Las negociaciones para llevar adelante su trabajo con seguridad dejaron algunos puntos sin cerrar por parte de la administración autonómica, según fuentes sindicales. Uno de ellos, las pruebas PCR para detectar contagios antes de iniciar la campaña contraincendios.

LAS PRUEBAS PCR

Los profesionales del Servicio de Prevención y Defensa contra Incendios Forestales (Spdcif) fueron parte de los equipos de desinfección contra la COVID-19. Estos voluntarios conocen como funcionan los equipos de seguridad o (EPIs) para evitar el contagio. De momento no se reportaron casos de infecciones entre el personal que trabajó en dichas tareas de desinfección. Aun así, las pruebas PCR de detección del coronavirus no recogieron a todas las personas que forman parte del Servicio contra Incendios.

Durante las negociaciones entre sindicatos y administración autonómica, la pregunta de si se iban a hacer las PCR, desde la Dirección General de Montes la respuesta fue que “se está estudiando” según Carlos Hermida de CCOO. “Tampoco explicaron por que no se le hizo a todo el personal del SPDCIF”. Concretando más, los representantes de la Xunta respondían que el riesgo era bajo por trabajar en el exterior. El temor de las autoridades al “repunte” de la COVID-19 después del verano, a partir de los meses de septiembre y octubre, no parece ser motivo para mayores medidas profilácticas. “No hay suficientes pruebas PCR hechas, lo que sí hay son protocolos para los turnos de trabajo” dice Manuel Martínez de la CIG. “Las PCR parece ser que se harán cuando se pueda”.

Durante las mesas de negociación, se pidieron grupos de trabajo sobre el incidente que había podido tener el coronavirus. “Creo que habían debido tenérselas hecho a los voluntarios que fueron desinfectar” dice Marcos Rodríguez de la UGT. “Por parte de la Consellería no se ha hecho, si acaso pudieron pedirla mediante lo médico de cabecera en la Seguridad Social”.

MEDIDAS DE SEGURIDAD

La nueva situación requiere nuevas formas de hacer. Deben acomodarse los métodos de siempre con nuevas acciones para evitar el riesgo de contagio. La desinfección de vehículos, EPIs, la no masificación de los lugares de trabajo y limitar el número de personas por vehículo son algunos de los pasos que se quieren dar.

“Los vehículos deben ser desinfectados lo mismo que los centros de trabajo” dice Carlos Hermida. “Esos trabajos de limpieza y desinfección se harán al entrar y antes de salir” dice Manuel Martínez. Lo necesario es saber si aplicar esos protocolos de limpieza puede ralentizar el trabajo de prevención y extinción. “Debemos adaptarnos, entrenar para que la precisión y la urgencia no queden afectadas por las nuevas condiciones”. Esas nuevas condiciones implican además que las brigadas no coincidan en la base, dejando una margen de tiempo entre un turno y otro. Se propuso la elaboración de turnos en horarios alternos que evitaran la exposición entre grupos entrantes y salientes, pero la respuesta según fuentes sindicales fue que la Xunta lo estudiaría.

“Desde la Xunta hablaban de que el quinto miembro de la brigada rotara yendo por ejemplo, con la motobomba, pero esa rotación puede ser un riesgo de contagio” señala Marcos Rodríguez, que insiste “la rotación puede paralizar todo un distrito por contagio”. No obstante, dentro de los vehículos y en desplazamientos, todos los miembros de la brigada deben llevar el EPI puesto.

Los EPI de protección contra el fuego pueden resistir temperaturas de lavado de 60º, mientras que a temperaturas superiores perderían eficacia. “Las medidas de seguridad hablan de lavados a 60º, y nosotros pedimos que se instalaran lavadoras en las bases de trabajo” dice Carlos Hermida. “Estas fundas deben lavarse todos los días y la mayoría las llevamos para lavarlas en casa”, apunta Hermida. En tal caso, si la temperatura es la suficiente para frenar el virus, no habría riesgo, aunque este punto también está por verificar.

El plan de seguridad de la Xunta ya fue publicado. No obstante, los sindicatos consideran que se pueden implementar medidas que garanticen una mayor seguridad entre el personal. Un ejemplo son los retenes de vigilancia para avisar si el fuego vuelve a reavivarse. Son equipos que permanecen dentro de un vehículo, ¿qué medidas se pueden adoptar? También las brigadas que se desplazan en helicóptero, “donde hay más riesgo” dice Rodríguez. Las distancias son más difíciles de mantener con lo que la idea sería enviar solo a la mitad de la brigada.

El trabajo de las brigadas contra incendios este año tiene doble riesgo. Las medidas de seguridad, presentadas por la Xunta, tienen puntos que se pueden modificar o mejorar para los sindicatos. Otros puntos, como los desplazamientos, turnos, rotaciones y retenes, así como las pruebas PCR quedan de momento en el aire.