La CEMMA –encargada de la gestión de la Red de Varamientos de Galicia, con el apoyo de la Dirección General de Patrimonio Natural de la Xunta de Galicia mediante convenio– estima que la mejora del tiempo en el mar y la disminución de la intensidad pesquera ha reducido el número de animales varados en la costa gallega en abril, en pleno estado de alarma. Con todo, espera un aumento de avisos con la desescalada iniciada tras casi dos meses de confinamiento por la crisis de la Covid-19.
Alfredo López –biólogo y portavoz de esta ONG– también comenta la “incertidumbre” en la que trabajan, con proyectos de investigación paralizados y sin saber aún cómo y cuando podrán volver al mar.
Sobre la recolonización de las especies por el confinamiento humano, cree que en el mar no está sucediendo lo mismo que en tierra, y cuestiona las recientes informaciones aparecidas en algunos medios sobre la posible presencia de una ballena jorobada en la ría de Arousa, sobre la que, dice, “no hay ninguna evidencia”.
¿Cómo ha afectado al trabajo de la CEMMA el estado de alarma?
Cuando empezó el estado de alarma, teníamos un lobo marino en recuperación en nuestra UCI y estábamos gestionando la liberación de tres procedentes del Centro de Rehabilitación de Animales Marinos de Aveiro, en Portugal. Los primeros días lo que hicimos fue marcar esos animales y embarcarlos para liberarlos en el Gran Sol. El último nos llegó el día antes de cerrarse la frontera con Portugal, pero allí mantienen otro ejemplar que se ha recuperado durante el mes de abril y ya no han podio traer aquí para ser trasladado y liberado; ahora estamos gestionando esto para poder embarcarlo.
Durante este tiempo también hemos estado asistiendo, como de costumbre, a los animales varados en la costa gallega, con la autorización de la Xunta y coordinados con las policías locales de cada lugar para que no hubiera problemas de ningún tipo.
Otros trabajos, como las campañas marinas, se han tenido que anular y están pendientes de si se pueden recuperar o no, así que aprovechamos este tiempo para hacer otros trabajos de oficina, desde casa, como reordenación de bases de datos, recuperación de publicaciones que teníamos pendientes de finalizar…
«Estamos encontrando animales que ya llevan tiempo varados en las playas y no fueron detectados en el momento. Y esperamos encontrar más con la desescalada y la vuelta de la gente a las playas»
En tiempos de confinamiento humano, ¿han notado una caída del número de varamientos de animales?
Durante el mes de abril, el número de varamientos descendió un 30 por ciento respeto al del mismo mes del año pasado, aunque pensamos que esto se debe precisamente a que la gente está confinada y recibimos menos avisos. Ahora estamos encontrando animales que ya llevan tiempo varados en las playas y no fueron detectados en el momento. Y esperamos encontrar más ahora, con la desescalada y la vuelta de la gente a las playas. Entre los avisos que ya recibimos encontramos una tortuga varada viva, que en estos momentos estamos atendiendo en la unidad de cuidados intensivos.
Entonces, ¿temen un importante incremento de avisos de animales varados en la costa gallega en los próximos días o semanas?
Pensamos que se van a incrementar un poco. Por un lado, durante este tiempo se ha seguido pescando, aunque no con tanta intensidad, ya que ha descendido la comercialización y ha aumentado la limitación de descargas. Y algunos de los animales que aparecen varados tienen relación con la actividad pesquera, ya que es sabido que la mayor parte de los animales varados mueren por capturas accidentales. Sabemos que esa mortalidad se ha seguido produciendo en este tiempo, y también la que se relaciona con causas naturales. Entonces, sospechamos que habrá lugares de la costa donde aún no ha llegado nadie con animales varados que aún no han sido localizados. Y seguramente encontraremos ejemplares que llevan muertos en nuestra costa quince días o más. Pero no esperamos un incremento excesivo, ya que no ha habido grandes temporales en estos dos últimos meses, que son una causa del aumento de varamientos al arrastrar a la costa animales muertos.
Intentaremos ver cuáles de los animales que vayamos encontrando ahora pueden ser varamientos del mes de abril, para ver si ha variado el número o si se mantiene el promedio de años anteriores. En todo caso, consideramos que, con los datos actuales, un descenso de un 30 por ciento respeto al promedio no es una gran disminución.
«Si nos exigen hacer test, disminuir el número de tripulantes, mantener la distancia, etc., todo eso hace que el proyecto se convierta en irrealizable»
¿Qué tendencia suele haber en esta época del año?
Los varamientos acostumbran a descender hacia el verano, aunque en los últimos años ha habido ciertas variaciones. Hace diez o quince años, el mayor número de varamientos se producía entre los meses de febrero y marzo, pero esa situación se ha adelantado a enero-febrero y luego van descendiendo hasta verano. Ahora estamos en esa situación de descenso, aunque cada año la tendencia puede variar un poco en función por ejemplo de los temporales.
Respeto a las campañas marinas, ¿como está afectando esta crisis sanitaria y el estado de alarma a esta actividad?
La última que hicimos fue en septiembre del año pasado; desde entonces no hemos vuelto a hacer ninguna. Estamos preparando las campañas participativas, en las que invitamos a gente a participar en la investigación marina. Y también teníamos una campaña específica de varios días del proyecto ‘Virada’, pero de momento está todo parado y con la incertidumbre de si podremos continuar o no.
[‘Virada: bases para la reducción de la mortalidad por captura accidental en artes de pesca de la marsopa común (phocoena phocoena) y el delfín mular (tursiops truncatus) en áreas Red Natura 2000 de Galicia’ es un proyecto de investigación de la CEMMA que pretende sentar las bases para reducir el volumen de capturas accidentales, con la participación de la Organización de Productores de Pesca Fresca del Puerto de Vigo y la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca].
¿Por qué esa incertidumbre?
Fundamentalmente, en estos momentos, por las restricciones de funcionamiento. Sabemos que hay una serie de recomendaciones que hay que seguir para poder realizar una serie de actividades, y un barco es un sitio muy pequeño, más si hay que convivir en él en una campaña de varios días. Si nos exigen hacer test, disminuir el número de tripulantes, mantener la distancia, etc., lógicamente todo eso hace que el proyecto se convierta en irrealizable por no poder abordarse económica y físicamente la campaña. Es complicado, la verdad. Estamos viendo si podemos recuperar durante lo que queda de año el resto de las campañas, pero tendremos que ir viendo cómo van evolucionando las fases y cuáles son las circunstancias por las cuales se puede salir en barco.
«Hay riesgo de no poder continuar con las actividades. Y si no hay apoyo económico, no se va a poder seguir»
Se presenta un futuro a corto plazo complicado…
Sí. Se presenta con mucha incertidumbre e incluso con el riesgo de no poder continuar con las actividades. Y si no hay apoyo económico, no se va a poder seguir. De momento estamos manteniendo toda la actividad relacionada con los varamientos y ya iremos viendo qué podemos hacer con el resto de actividades.
Ahora que entramos en un período de fases de desescalada, ¿ha recibido la CEMMA información detallada de cómo les va a afectar cada fase y cuándo podrían trabajar a pleno rendimiento o de una manera más o menos normal?
Nosotros estamos leyendo todos los detalles de cada fase o situación nueva para ver qué podemos hacer. Ahora tenemos personas contratadas en ERTE, proyectos paralizados… Por lo que estamos analizando semanalmente toda la información que sale y viendo qué pasos podemos dar. De momento hay incertidumbre, porque no solo afecta a nuestro personal y medios, también tenemos que ver cómo afecta cada fase a los medios de trabajo que no dependen de nosotros.
¿Saben, por ejemplo, qué capacidad máxima de tripulación se les permitiría en los barcos?
Esos detalles no los sabemos aún. Parte de nuestra labor es embarcarnos y trabajar con los pescadores, y ellos saben qué pueden llevar abordo o no. Pero ¿entra el observador científico dentro de esos criterios? Eso es lo que tenemos que ir viendo para saber hasta dónde podemos llegar.
¿Ha habido en este tiempo contactos con la Xunta?
Comunicación hay a menudo, lo que pasa es que desde la Xunta no nos han dado instrucciones de qué hacer o no hacer, simplemente nos han dicho “quédense en casa”. Lo que pasa es que nosotros no somos funcionarios, lo que tenemos es un convenio con la Xunta y, por lo tanto, lo que nos digan es una recomendación y nosotros tenemos que intentar seguir los compromisos que tenemos con la Administración. Y analizando el convenio que tenemos con la Xunta, la situación de la legalidad que nos permite el estado de alarma y las distintas normativas que van saliendo, vamos encajando nuestro funcionamiento en esas circunstancias. Independientemente de las instrucciones internas de la Xunta para sus trabajadores, vamos dando pasos informando de lo que hacemos de acuerdo a la legalidad y coordinados con las distintas autoridades.
¿Han tenido algún problema a la hora de actuar?
Hasta ahora no hemos tenido ningún problema en ningún sitio.
«Se están magnificando los avistamientos de delfines por el confinamiento, cuando para nosotros son avistamientos normales y corrientes que ocurren en cualquier momento»
¿Tienen algún tipo de salvoconducto para moverse en estas circunstancias?
Aparte del convenio que hemos firmado con la Consellería de Medio Ambiente, tenemos unas autorizaciones para las personas que estamos en las unidades móviles que nos autoriza a desplazarnos, recoger, trasladar y tomar muestras de ejemplares de especies protegidas. Eso es algo que tenemos siempre. Ahora, en estas circunstancias, además hemos hecho un documento interno firmado por la presidencia de la CEMMA que explica precisamente todo esto. Y no hemos tenido ningún problema.
La CEMMA acostumbra a colaborar con biólogos de otras partes del mundo. ¿Han estado en contacto con ellos últimamente? ¿Qué les cuentan sobre esta situación?
Estos días, precisamente, estamos con el ‘Foro- CEMMA’, una tertulia a través de Skype, y hemos estado hablando por ejemplo con Paula Méndez, colaboradora de la CEMMA que trabaja en el Centro Nacional de Mamíferos Marinos de La Rochelle, en Francia. Y, más o menos, la situación es la misma: siguen funcionado con servicios de guardia, atendiendo lo que pueden, siendo más selectivos… Y en Portugal, lo mismo. Todo es más complicado, porque a lo mejor solo puede ir una persona a un varamiento, no puedes coger todas las muestras necesarias o pesar los animales… Pero por lo menos se está manteniendo el registro de los varamientos y recogiendo la información mínima necesaria, lo cual en estos momentos ya es bastante.
En las últimas semanas hemos visto una recolonización de la fauna terrestre en muchos pueblos y ciudades por el confinamiento humano. ¿Sucede algo similar en el mar?
No, no nos consta. Han salido noticias de que había delfines en distintos puntos de la costa gallega, por ejemplo, pero realmente lo que está pasando es que la gente, como no tiene otra cosa que hacer por el confinamiento, mira más por las ventanas, cosa que no hacía habitualmente. Claro está que los animales viven ahora más tranquilos, puede que en alguna situación se acerquen un poco más a alguna playa…, pero es habitual encontrar delfines muy cerca de la costa, en cualquiera sitio y cualquier día. Lo que está pasando, en este caso en concreto con los cetáceos, es que las personas se fijan más y proyecta en ellos, en esas observaciones, anhelos de ellas mismas, de la propia persona; es decir, estás confinado, no puedes salir, ves esos delfines nadando y piensas: “¡Ay, la libertad!”. Digamos que se están magnificando esos avistamientos, cuando para nosotros son avistamientos normales y corrientes que ocurren en cualquier momento.
«No me parece bien que se publique en medios una información tan ambigua como la que se ha dado sobre una ballena jorobada en la ría de Arousa sin ninguna evidencia»
En los últimos días, varios medios han hablado también de la presencia de una ballena jorobada en la ría de Arousa…
Esa información hay que cogerla con muchas pinzas, ya que no hay documentación de nada. Al parecer, fue un aviso de una persona a la que le pareció ver una aleta caudal de una ballena, nada más. Y se trasladó a los medios. Pero informaciones como esa tenemos cientos al año y no les damos mayor valor si no las podemos comprobar posteriormente. Yo no voy a dudar de lo que dice alguien que ha visto, pero estamos hablando de gente que generalmente es inexperta y que probablemente no ha visto una ballena en su vida. Y no me parece bien que se publique en medios una información tan ambigua. Está bien que lo sepamos los expertos para poder hacer seguimiento. De hecho, nosotros enviamos nuestra unidad móvil a la ría de Arousa el día siguiente para hacer seguimiento y no comprobamos nada. A ver, imposible no es; hemos constatado la presencia de ballenas jorobadas o aliblancas en otras ocasiones, pero una información tan ambigua como la de este caso no quiere decir nada.
¿Y por la época del año, sería posible su presencia?
Sí. Las ballenas empiezan a verse en esta época. El año pasado, en la campaña marítima de preparación de las campañas participativas, salimos en Fisterra y vimos una ballena jorobada al pie del cabo. Raro o imposible no es. Lo que pasa es que en este caso del que se habla, de la ría de Arousa, no hay ninguna evidencia. Si una persona te da una fotografía, aunque sea mala, ya tienes algo. Pero en este caso la descripción era muy vaga y ambigua. Hablaban de que fue vista entre delfines y tal vez incluso fuera uno de ellos…
Desde el punto de vista científico, antes de pasar la información a las bases de datos siempre hacemos un filtrado y hay mucha información que nos pasan que se queda, por decirlo así, en el limbo, porque no hay forma de comprobarla. Hace años, por ejemplo, una persona nos dijo que había visto una morsa en Porto do Son, pero no hubo manera de comprobarlo, no había ninguna documentación o prueba, solo la descripción de una persona. Y solo con eso no puedes llegar a ninguna conclusión, menos cuando hay en general bastante desconocimiento y confusión entre la gente; a veces nos hablan por ejemplo de crías de cachalote cuando en realidad son delfines.
Nosotros, en nuestra labor de divulgación, intentamos dar la máxima información a la ciudadanía para que la gente adquiera conocimiento sobre los cetáceos y así pueda trasladar cada vez más información precisa y fiable. Nosotros promocionamos lo que se llama ciencia ciudadana mediante las campañas participativas.
¿Algún mensaje para las administraciones y la ciudadanía?
Que la situación es difícil y que esperamos que por parte de las administraciones no se olvide el tema medioambiental, que hay que seguir atendiendo. Y en relación con los varamientos, que la gente se fije un poco si va a la playa y que nos avise si encuentra algún animal. Con este confinamiento, la red de varamientos se ha roto un poco y tenemos que poner de nuevo en marcha esa dinámica de avisos.
