Los sucesivos estados de alarma decretados desde el 14 de marzo han permitido florecer la naturaleza, como así lo ven los expertos, un aspecto positivo del confinamiento en el que coinciden administraciones y ecologistas. No en vano, basta con asomarse a la ventana a la hora del aplauso sanitario para observar que en circunstancias ‘normales’ no sería posible escuchar a los vecinos con esa nitidez, ya que las palmas quedarían enmascaradas por otras circunstancias como el tráfico de vuelta a casa.
Precisamente, el tráfico se ha revelado como el principal contaminante del aire, una situación que vienen denunciando las asociaciones ecologistas desde hace años, que piden medidas de futuro para evitar la vuelta a la situación anterior. Es más, temen un «repunte» si después de la alerta sanitaria se vuelve «a un sistema de producción masiva» y, por otro lado, se incrementa el uso del vehículo privado por el temor a contagios en los transportes colectivos.
En el análisis de los datos, recopilados de MeteoGalicia, se desprende, como explica el técnico en Ruído Ambiental Pablo Casares, que la Semana Santa de 2020 ha sido el periodo más ‘silencioso’ de todo el confinamiento, que comenzó el pasado 14 de marzo. Pero, pese a que se endurecieron las condiciones en la segunda mitad del mes, con el permiso retribuido recuperable, en su conjunto, los niveles del resto de semanas de estado de alarma se han mantenido similares, eso sí, más bajos de lo habitual.
Así, con respecto a los días de Semana Santa de 2019, hay una reducción de entre 4 y 5 decibelios, lo que significa un descenso de entre el 60 y el 70 por ciento de los niveles de ruido, según los datos medios de las estaciones de la red de MeteoGalicia.
Para el análisis de estos datos hay que tener en cuenta que en los niveles de ruido, como en calidad del aire, influyen otros factores como la meteorología (episodios de lluvias, viento…), por lo que, aunque podría ser precipitado una conclusión, el técnico de MeteoGalicia estima que son los datos más bajos históricos, y ha asegurado que se constata un «claro descenso» de los niveles de ruido. De esta forma, solo en los días festivos de Semana Santa hay una bajada más acusada con respecto al resto de jornadas.
«¿Se ha notado el confinamiento? La respuesta es sí», asegura Pablo Casares, encargado de realizar la evaluación de los valores de ruido ambiental. Precisamente, el 29 de abril se celebrará el Día Mundial del Ruido, que se conmemora anualmente el último miércoles de abril.
El técnico de MeteoGalicia explica que, por ejemplo, en la estación de Coia en Vigo o la estación de autobuses y tren de Ourense, que son representativas de actividad relevante a lo largo de todo el año, se observa que el valor en marzo de 2020 respecto al mismo mes de 2019 se ha reducido 5.5 decibelios y 3 decibelios, respectivamente, es decir un 75% y 50%. En marzo de 2020, el valor obtenido en la estación de Coia fue de 55.6 decibelios, frente al valor 61.3, que constituye el valor medio histórico registrado desde enero de 2012 (atendiendo al índice L50).
«BASE MUY BUENA»
Por su parte, Nuria Gallego, técnico de calidad ambiental de MeteoGalicia, afirma que en Galicia partimos «de una base muy buena», pero desde que se ha decretado el estado de alarma se han observado los mejores registros históricos de calidad del aire, una afirmación que también fue reivindicada por la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, que esta semana se reunió con los expertos de MeteoGalicia en la materia para observar la evolución.
«La primera lección que hay que tomar es que los causantes de la contaminación somos nosotros con nuestros hábitos», ha manifestado, en su explicación dada a Europa Press. Nuria Gallego ha detallado que, de la serie histórica, los niveles de dióxido de nitrógeno, no se habían registrado niveles tan bajos. Así, el estado de alarma ha evidenciado la «relación directa» entre la calidad del aire y el tráfico.
Los datos desvelan que en Vigo, en la segunda quincena de marzo, se produjo la mayor reducción de la concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) generado por las combustiones de las ciudades gallegas, con respecto a la primera quincena, en la que salvo los dos últimos días todos de estado de alarma, en el resto hubo actividad habitual.
Para el periodo del 1 al 13 de marzo, los datos son los habituales en las ciudades gallegas, mientras que entre el 14 y el 28, primeras semanas del estado de alarma, se observa un «importante descenso en todas las estaciones», llegando a una reducción de un 54 por ciento en la estación Lope de Vega de Vigo y del 47 por ciento en Ourense; seguida de un 29 por ciento en Pontevedra y un 11 por ciento en Lugo.
Comparando los datos obtenidos en la segunda fase con la primera quincena de marzo, se observan puntualmente «reducciones en la concentración de un 76 por ciento en Vigo», y también descensos importantes, pero algo menores, en Ourense, en Pontevedra y en Lugo.
LA «NORMALIDAD ANTERIOR ES INSOSTENIBLE»
En declaraciones a Europa Press, el responsable de Calidade do Aire de Ecoloxistas en Acción, Xosé Veiras, ha advertido de que «la normalidad anterior es muy contaminante e insostenible» y ha señalado que «si no se toman medidas estructurales, desincentivando el uso del vehículo privado, en poco tiempo, se volverá a la misma situación precedente», tras conseguir los niveles más bajos de contaminación en el aire en los últimos diez años.
Así lo refleja, de hecho, el primero de los informes que Ecologistas en Acción realizó tras el inicio del confinamiento en el mes de marzo y a la espera de que se ratifique con los datos del mes de abril, que se conocerán a principios de mayo. «Si nos tomamos más en serio la prevención de la salud, también es una tarea fundamental el medio ambiente, que es cuidar la propia salud, ya que la contaminación a largo plazo provoca un deterioro que afecta a los grupos más vulnerables», ha apuntado.
«Hay que ser conscientes de las prioridades a la hora de preservar el riesgo y la salud pública, el espacio peatonal, la capacidad de transporte público en las grandes ciudades…», ha explicado, por su parte, Manuel Santos, portavoz de Greenpeace en Galicia, quien constata que en la Comunidad gallega el uso del coche es «mayor» por la dispersión poblacional.
También aporta otro dato: el 69 por ciento de los desplazamientos en la ciudad de Vigo, la más grande de Galicia, son en vehículo privado, frente al 34 por ciento de Zaragoza, una ciudad –algo más grande, pero similar–. «Porque tenemos una gran deficiencia de transporte público», ha evidenciado.
La monotorización de datos arroja que en A Coruña y Vigo se ha reducido la contaminación en torno al 60 por ciento unha gran deficiencia de transporte público. Si normalmente están en unos 40 microgramos/metro cúbico, ahora se sitúa entre 10 y 15.
LEY GALLEGA DE MOVILIDAD SOSTENIBLE
«La naturaleza es muy agradecida y deberíamos aprender. Hay soluciones para evitar la contaminación que se produce al año», ha señalado Santos, quien ha recordado que 4,5 millones de personas se mueren al año como consecuencia de la contaminación y supone un coste de más de 21.000 millones de euros en sanidad.
Greenpeace cuenta con un documento que tenía previsto presentar para las elecciones autonómicas en el que se hace un análisis de la movilidad en Galicia y que, como conclusión principal, pide una Ley gallega de movilidad sostenible en la que se establezcan prioridades de transporte colectivo (vías de tren de cercanías, transporte metropolitano, intermodalidad), entre otras cuestiones.