El Gobierno y las comunidades autónomas diseñarán planes de contingencia para «responder a posibles nuevos periodos de alteración en la actividad lectiva» si se produce en el futuro un rebrote de la pandemia del coronavirus, que ha provocado la suspensión de toda la docencia presencial en España desde el pasado 16 de marzo.
Así lo establece la orden publicada este viernes por el Ministerio de Educación y Formación Profesional en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que incluye las directrices acordadas por el Gobierno y la mayoría de las comunidades autónomas para el final de este curso, pero también para el comienzo del siguiente en septiembre.
La orden anuncia que el Ministerio de Educación constituirá, con la colaboración de las comunidades autónomas, «un grupo de expertos para analizar la experiencia acumulada en este periodo y emitir recomendaciones para la transición a la escuela digital y para estar en las mejores condiciones ante situaciones similares».
La semana pasada, la ministra de Educación, Isabel Celaá, defendió en una entrevista a Europa Press que ningún país ha reaccionado mejor que España a la suspensión de las clases presenciales por la pandemia del coronavirus, aunque admitía que se había hecho «sin tener un plan de contingencia preconfigurado».
Además, Celaá se mostraba dispuesta a incorporar a su reforma educativa, que se encuentra ya en trámite parlamentario, propuestas para «intensificar» la enseñanza digital y a distancia a la que se han visto abocados los docentes y estudiantes españoles por la pandemia del coronavirus.
«Naturalmente tendremos enseñanzas que podemos incorporar. No vamos a desaprovechar la tramitación parlamentaria para incorporar cosas interesantes», aseguraba Celaá. Su proyecto de reforma educativa, la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE) fue aprobada por segunda vez en Consejo de Ministros el pasado 3 de marzo, una semana antes del decreto del Estado de Alarma.
La orden ministerial publicada este viernes en el BOE establece además, de cara al próximo curso 2020-2021, que las administraciones, los centros educativos y el profesorado organicen «planes de recuperación y adaptación del currículo y de las actividades educativas», con el objetivo de «permitir el avance de todo el alumnado y especialmente de los más rezagados».