El Ministerio de Universidades admite que «ante la crisis sanitaria, y mientras no cambien las medidas aprobadas de confinamiento actualmente aprobadas», es necesario «transformar la evaluación presencial actual en un sistema de evaluación no presencial, fundamentalmente».
Así lo pone de manifiesto el Ministerio que dirige Manuel Castells en un documento con recomendaciones sobre criterios generales para la adaptación del sistema universitario español ante la pandemia del Covid-19, durante el curso 2019-2020′.
El ministro se ha reunido este miércoles telemáticamente con los representantes de las comunidades autónomas en la Conferencia General de Política Universitaria para buscar un acuerdo conjunto sobre la modalidad de los exámenes universitarios de este curso tras la suspensión de las clases por el coronavirus.
Según el documento, el Ministerio considera que para garantizar la «transparencia» de este cambio, su difusión y la «equidad de oportunidades para el estudiantado», las universidades tendrían que establecer unos «criterios generales» de evaluación no presencial.
Esta opción permite, según recoge el informe, que cada titulación y cada asignatura concrete posteriormente cómo va a proceder para evaluar los resultados del aprendizaje de este segundo cuatrimestre del curso.
El Ministerio insta a que estas actuaciones se consulten con los estudiantes y que se difundan con el tiempo académico necesario para que éstos puedan «asumir el cambio y prepararse adecuadamente».
Para proceder a evaluar de forma no presencial, el Ministerio sugiere «soluciones académicas alternativas a las pruebas tradicionales presenciales» (preguntas tipo test, orales o casos prácticos), pero «siempre contando con el uso de recursos metodológicos, tecnológicos e informáticos».
VALORAR ALTERNATIVAS
No obstante, para aquellas asignaturas cuya evaluación es «fundamental o totalmente práctica», como por ejemplo algunas del grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte o grados o másters que requieran el uso de laboratorios, aconseja «valorar opciones alternativas no presenciales de evaluación».
En este sentido, apunta que en el caso de cambiar la situación de confinamiento y las medidas sanitarias excepcionales durante este curso académico, las evaluaciones podrían realizarse presencialmente con posterioridad a las fechas de evaluación establecidas hasta ahora.
En cualquier caso, estos cambios en el sistema de evaluación de las asignaturas o materias que configuran el plan de estudios de cada titulación oficial, «se debería asegurar que cualquier propuesta que se aporte pueda tecnológicamente ser asumida por todo el estudiantado».
Si así no fuera, el Ministerio aconseja que las universidades, con el apoyo de la administración, deberían proporcionar «la capacidad de cobertura al conjunto del estudiantado», para garantizar así la «igualdad de oportunidades» entre los alumnos.
QUEDA «OBSOLETO»
La conselleira de Educación, Universidade e Formación Profesional, Carmen Pomar, ha señalado la utilidad de las recomendaciones del Ministerio, pero ha insistido en que el texto «ha quedado obsoleto» tras los movimientos de las comunidades para elaborar sus propias directrices.
Por otro lado, ha pedido a Castells que se tome una decisión sobre la políticas de becas que seguirá el Gobierno central, para evitar que ningún alumno se vea perjudicado por la situación actual marcada por la crisis sanitaria.
En este sentido ha defendido que no se tome como referencia la renta del pasado año, puesto las familias están experimentando una minoración de recursos por la crisi de la COVID-19.
Asimismo, ha recordado que la remodelación de los requisitos debe ir acompañada de la modificación de los plazos de convocatoria de becas, debido a los cambios en la selectividad.