La afición de recorrer caminos por el monte, junto al río o ir más allá y desafiar accidentes geográficos, es una actividad tan antigua como el ser humano. El montañismo, al igual que otros deportes, es el resultado de desafiar la naturaleza y los límites de cada uno. También fue la primera actividad deportiva contemporánea que marcó espacios para su preservación. Sin embargo, la cuestión es poder entender un deporte que no es solo caminar por rocas, lugares altos y al aire libre. Existen riesgos y aventurarse de manera totalmente libre y sin preparación puede tener consencuencias poco deseables.
PREPARACIÓN FÍSICA Y MENTAL
“El montañismo, el mismo que otras prácticas deportivas tiene un riesgo inherente” dice José Manuel Pérez, director técnico de la Federación Gallega de Montañismo (FGM). “El hecho de estar practicando una actividad siempre tienes la posibilidad de lesionarte”. Los accidentes forman parte de la actividad misma, pues entramos en espacios irregulares donde tendremos que adaptarnos al terreno, a sus subidas y bajas. José Manuel Pérez remarca la importancia de aprender a adaptarse al entorno mediante el estudio de técnicas para caminar por terrenos con dificultades, aprender predicción meteorológica y otros elementos que nos pueden parecer triviales como vestirse para este deporte.
Son muchas las personas que de manera casi irreflexiva comienzan una actividad deportiva sin tener en cuenta los riesgos. La mayoría de las veces, las personas que pisan la montaña están desprotegidas dentro de un entorno ajeno a ellas. “Hay que saber adaptarse al terreno, al entorno, porque ahí estaremos en medio de situaciones que la muchas personas no les son comunes” describe José Manuel Pérez. En momentos como esos, muchos y muchas caen en actitudes de desesperación y de ahí al accidente hay muy poco.
La orientación de los profesionales y personas expertas es necesaria para adaptarnos y saber escoger el material preciso, todo de acuerdo con nuestras aptitudes. El proceso puede ser largo, tanto física como mentalmente. La preparación mental supone que la persona reconoce sus límites y no hará algo imprudente. Significa no meterse en situaciones de crisis y saber retroceder para evitar un mal mayor.
PREPARACIÓN
Todas las facetas del montañismo están muy tecnificadas. Los movimientos, caminar, como llevar una mochila o como prepararla. Todo eso está pautado desde hace años. Eso permite aumentar la autoconfianza para enfrentarnos a situaciones complejas. La preparación mental significa tener la suficiente capacidad y humildad para no hacer algo a lo que no se está acostumbrado o preparado. O no meterse en una situación de crisis. Hay que analizar con calma y si es la primera vez ya lo haré. Necesita tiempo y acomodo, para sentirse agusto.
Las primeras recomendaciones que se dan desde la Federación Galega de Montañismo es acercarse la un club de montaña para conocer las opciones para entrenar. Enseñarían el material segundo la actividad que se practique. “Físicamente hay que esperar que el cuerpo se adapte a una situación que no estaba afrontando anteriormente”.
Tampoco existen límites de edad para comenzar en este deporte. No obstante, por la fisiología del cuerpo humano, sus capacidades van disminuyendo. Por eso, muchas veces es necesario recordar que existen ciertos límites que con 50 años no se podrían hacer en comparación a un cuerpo más nuevo y mejor adiestrado. Si esos límites son evidentes, nadie desaconseja seguir, “lo interesante es disfrutar de una actividad que me sienta bien y mismo mi salud puede mejorar”.
RESPETO A LA NATURALEZA
La imagen del Everest saturado de montañeros, hizo pensar en cómo está tratando a la naturaleza a práctica de algunos deportes. “El montañismo en algunas áreas, fue anterior a la protección dieras espacios, los montañeros pasaban y no quedaba rastro de su paso”, dice José Manuel Pérez. La actitud normal es de respeto a la naturaleza en su estado primitivo.
Con todo, Internet y los medios acercan imágenes de lugares antes poco conocidos que, en poco tiempo son ya lugares de referencia y que pueden estar en riesgo. “Normalmente yo lo que veo es que el respeto va por delante” señala el director técnico de la FGM .
Aun así, luego del dicho, queda por responde la pregunta de ¿por qué se sigue subiendo montañas? La respuesta para la mayoría de los montañeros es simple, una cuestión de placer y disfrute. “Te gusta esta actividad y estar conectado con la naturaleza, tienes una sensación de crecimiento personal que no tienes en otras actividades”.
Las actividades de montaña deben ser pautadas en el tiempo, segundo recomiendan los expertos. La equipación debe ser escogido pensando en el nivel de preparación. Todos y todas debemos saber medir nuestras capacidades cuando estemos en el monte, sin tener que correr riesgos innecesarios.