La jueza Pilar de Lara, que abandonó la pasada semana su puesto como titular del juzgado número uno de Lugo tras la sanción impuesta por el Consejo General del Poder Judicial, ha lamentado que el procedimiento del caso por el que un guardia civil y otra persona han sido condenados por injurias contra ella y la también jueza Estela San José haya durado nueve años a pesar de que las víctimas «solo» eran tres y los acusados, también «solo» dos.

«¿Doble vara de medir?», se pregunta en una publicación en su cuenta de Facebook la magistrada, sancionada por el CPJG por «retrasos injustificados» en la instrucción de sus causas. De Lara señala en su mensaje que la condena a los dos acusados de proferir injurias contra ellas en un foro gestionado por una asociación de guardia civiles ha sido rebajada «ligeramente» porque se produjeron «dilaciones indebidas» en el procedimiento.

«Esta causa se inició por denuncia presentada en 2010 y se enjuició en 2019. Pues bien: Las víctimas, sólo éramos tres. Los investigados, sólo dos. Este procedimiento no es una macrocausa. Ni tampoco es causa que revista ninguna clase de complejidad. Sin embargo, el procedimiento duró nueve años. Sí, nueve años. Creo que no es necesario realizar mayor comentario. ¿Doble vara de medir?», manifiesta la magistrada, que dejó su puesto en Lugo la pasada semana después de emitir un auto en el que desestimó la petición de Fiscalía de dividir la Pokémon en una treintena de procesos separados.

Así las cosas, De Lara expresa en sus redes sociales que «en muy contadas ocasiones» ha comentado públicamente «asuntos judiciales, profesionales y personales», pero que su «actual situación» le permite «cambiar de criterio».

«En este caso, además, soy una de las víctimas. Durante bastantes años, y debido a la instrucción que llevé a cabo de la conocida como Operación Carioca, tuve que soportar los reiterados insultos, amenazas, y descalificaciones realizadas en un foro de guardias civiles, llamado el Faro Verde, administrado por una asociación de guardias civiles», continúa la magistrada.

«Dado el tenor de los ‘calificativos’, es obvio que los insultos atentaban no sólo a mi condición de juez sino que constituían un ataque frontal y directo a mi condición de mujer», incide De Lara, que recuerda que los condenados publicaron en el foro mensajes en la que la llamban «zorrón», «payasa», «loba depredadora» o «lameconas».