El conselleiro de Cultura e Turismo, Román Rodríguez, ha defendido la reforma del estatuto de la Axencia Galega de Industrias Culturais (Agadic) para mejorar la ordenación de su estructura y ha avanzado un próximo plan de impulso de la danza que hará «de modo consensuado» con el sector, a través de una mesa que analizará la situación, las necesidades y retos de futuro de las artes del movimiento.
Así lo ha trasladado el cargo autonómico en una interpelación por parte del grupo del BNG, en la que la diputada Olalla Rodil le ha acusado de encabezar «una brigada de demolición de la cultura» tras una década «oscura» marcada por un recorte presupuestario del 60 por ciento.
Sobre todo, la parlamentaria nacionalista se ha referido al caso del Centro Coreográfico, actualmente sin dirección y con unos 50.000 euros de presupuesto, y ha reprochado a la Xunta de ejecutar «su desaparición de facto».
Rodríguez ha ironizado con que Rodil interprete «cultura como presupuesto», y ha defendido la «salud de hierro» del sector, con cifras «superiores a las del bipartito» que contó con «más dinero», pero no con gente que acudiese a los espectáculos. En concreto, ha destacado los cerca de 6.000 espectáculos realizados bajo las redes de Agadic y un millón de espectadores en cinco años.
También ha insistido en su defensa del nuevo estatuto de Agadic, una reforma administrativa y técnica que permitirá «mejorar» el marco jurídico, la creación de un gerente «para evitar retrasos en pagos y gestión» con las compañías, algo «tremendamente demandado por el sector»; o la inclusión del CGAI en la propia estructura de la Axencia.
Rodríguez ha señalado la creación de un departamento específico para fomento y apoyo de la danza gallega, del que dependerá el Centro Coreográfico Galego, que seguirá destinado a la profesionalización del sector y a la producción de nuevos espectáculos.
PATRIMONIO «DE NADIE»
«Está absolutamente equivocada», ha insistido el titular de Cultura, insistiendo en que la Xunta seguirá trabajando en una cultura «como símbolo de identidad como pueblo», respetando la «libertad» de los creadores, como «fuente de riqueza y generación de empleo» y que «ni debe estar dirigida políticamente» ni debe ser «patrimonio de ninguna formación».
Olalla Rodil, sin embargo, ha reprochado a Rodríguez el «bochorno» de subirse a la tribuna parlamentaria para «tomar como idiotas» a los diputados, y que si el recorte presupuestario representa el amor del PP por la cultura, debería «abrazarla menos».
La diputada ha ejemplificado sus críticas con declaraciones de la Asociación de Actores e Actrices de Galicia o de la Academia Galega de Teatro, en las que ambas entidades arremetían tanto contra la pérdida de repercusión del Centro Dramático «año tras año» como contra «la opacidad, al falta de comunicación y el oscurantismo» de la Xunta.