En torno a una quincena de personas, entre ellas profesionales sanitarios y vecinos de Verín (Ourense) que participan en el encierro por la reapertura del paritorio y de las urgencias pediátricas, han despedido el 2019 tomando las tradicionales doce uvas de Fin de Año en el interior del hospital.
Desde primeros de diciembre, cuando se materializó el cierre del servicio debido a criterios técnicos, tal y como lo justifica la Consellería de Sanidade, son «muchos» los verinenses que se turnan en este encierro en el centro a modo de protesta. «Los vecinos están súper volcados», celebra, en declaraciones a Europa Press, una de las matronas que pasaron la Nochevieja en el hospital.
Después de la cena, sobre las 22,00 de este martes 31 de diciembre, varios vecinos acudieron al paritorio para celebrar las Campanadas de Fin de Año en compañía de los sanitarios y otras personas que protagonizaban el encierro. «Traían dulces caseros», relata una de las profesionales. Tras las uvas, otros verinenses decidieron sumarse a la celebración y así superar la veintena.
La «gran contestación social» que está generando en la comarca de Monterrei la decisión del Servizo Galego de Saúde (Sergas) de cerrar el paritorio es algo que mantiene sorprendidos a los profesionales del propio hospital que no están de acuerdo con la medida. «Ayer (en Nochevieja) había gente de 70 y pico años, pero hay gente de incluso 80 que pasa noches aquí. Nunca pensé que fuesen a aguantar tanto», manifiestan estas fuentes.
UN VILLANCICO SATÍRICO
Durante la fiesta, que en todo momento mantuvo el tono reivindicativo, se llegó a cantar un villancico satírico en el que se pedía el cese del gerente del Área Sanitaria de Ourense, Félix Rubial, y del conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña. «Rubial dimisión, Almuiña dimisión, y para el año no comáis en el Sergas el turrón», versaba el estribillo.
Así, los participantes en la protesta de Nochevieja advierten que «si hace falta, aguantan hasta las próximas elecciones» autonómicas, previstas para el otoño del 2020, si eso va a hacer que «todo cambie».
Y es que, tal y como explican estas fuentes, «se empieza por ahí –por el cierre del paritorio y de las urgencias pediátricas– pero poco a poco ya hay muchas menos cirugías». Con este panorama, advierten que muchas personas «se plantean irse a vivir a Ourense», porque desde Verín hasta «la entrada» de la capital provincial «aún son 45 minutos». «Y eso desde Verín, como vivas en otros pueblos…», apostillan.
Además, en el caso concreto del paritorio ya cerrado, fuentes de los profesionales avisan que «una mujer (embarazada) que va sangrando a Ourense no llega viva». «Ni ella, ni su bebé», añaden.
No obstante, aunque estas fuentes resaltan a Europa Press la «dureza» de los verinenses para «defender su hospital» y la «colaboración» de muchos establecimientos que incluso les llevan comida los días de encierro, reconocen no saber «hasta qué punto» tiene solución si lo que «quiere» el Sergas es «desmantelar» y «privatizar».