La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Lugo, Ana González Abelleira, se pronunció este martes sobre el caso de José Tomé, defendiendo la necesidad de actuar con cautela, priorizar la protección de las víctimas y evitar, en todo caso, la utilización política de una situación de esta gravedad.
González Abelleira, que compareció públicamente para dar cuenta de los acuerdos de la junta de gobierno, subrayó que el compromiso feminista forma parte de la propia identidad socialista. «El principal manifiesto es ser socialista, porque en nuestras bases y estatutos ya se recogen todos los principios feministas. «Como socialista, tienes esos fundamentos», afirmó.
En relación con los manifiestos conocidos en los últimos días, explicó que tuvo constancia de varios de ellos y que, a título personal, comparte muchos de sus planteamientos, ya que están recogidos tanto en el código ético como en los estatutos del partido.
La edil se mostró especialmente crítica con el tratamiento mediático del caso. «Lo primero debería ser atender a las víctimas y se están vulnerando sus derechos, sin tener en cuenta las normativas sobre acoso», señaló, calificando de «deleznable» la forma en la que se está abordando públicamente el asunto. En su opinión, es imprescindible ser extremadamente cautos para garantizar la protección de la víctima.
En referencia a las declaraciones del secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, González Abelleira insistió en la necesidad de diferenciar entre un presunto delito y las consecuencias orgánicas dentro del partido.
«Hay que seguir los cauces establecidos en el partido para el tema de organización, mientras que soy partidaria de que se denuncie por parte de las víctimas, porque hay que distinguir claramente entre la vía judicial y la orgánica», afirmó. A su juicio, se está produciendo «un expolio político» al utilizar las causas de las mujeres para otros fines, algo que considera «inaceptable».
La concejala defendió que desde el partido se animó a la víctima a denunciar y remarcó que deben garantizarse los derechos de todas las partes, incluyendo el derecho a la defensa del acusado.
En este sentido, invitó a reflexionar sobre si sería admisible una denuncia sin el consentimiento de la víctima y recalcó la importancia de diferenciar entre una situación de violencia machista y un conflicto de carácter orgánico interno de la formación política.
González Abelleira recordó además que «las mujeres no somos un colectivo, somos la mitad de la población y tenemos derechos como seres humanos». Consideró legítimo que haya quienes firmen manifiestos para «alzar la voz», pero rechazó que se tergiverse ese gesto para convertirlo en una lucha orgánica interna.
«No son bandos, son discrepancias», señaló, insistiendo en que «un caso de violencia machista no puede convertirse en una lucha partidista».

