La Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático ha dado luz verde ambiental a un proyecto para la construcción de una planta de agrocompostaje en Tomiño (Pontevedra), para el tratamiento de residuos orgánicos procedentes de la actividad vitícola y de biorresiduos domésticos de los municipios del entorno. El compost resultante del tratamiento se usará como abono orgánico para los viñedos.
Según se recoge en el informe de impacto ambiental, que se publicará próximamente en el Diario Oficial de Galicia (DOG), no son previsibles efectos adversos significativos derivados del proyecto, siempre que se cumplan los condicionantes fijados tanto en el documento ambiental y en el resto de documentación analizada, como en la propia resolución de la Consellería.
El informe fue elaborado en el marco del procedimiento de evaluación ambiental simplificada y la documentación presentada por el promotor del proyecto fue sometida a participación pública y a consultas de una decena de organismos. Fruto de esas consultas, distintas entidades realizaron su valoración y fijaron las condiciones que se incluyen en el programa de vigilancia ambiental recogido en la resolución de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade.
Las evaluaciones consideran que el proyecto no va a tener impactos significativos en los distintos ámbitos analizados y que su puesta en marcha es viable si cumple esos requisitos recogidos en los informes y que tienen que ver con cuestiones como la protección de la atmósfera, la población y la salud; protección de aguas y lechos fluviales; protección de la fauna y la flora; protección del patrimonio cultural; protección del suelo y las infraestructuras; integración paisajística; o gestión de residuos, entre otros aspectos.
Una vez emitido el informe de impacto ambiental, la resolución se remite al órgano sustantivo y se le dará publicidad a través del DOG y la web de la Consellería de Medio Ambiente.
La planta proyectada está proyectada por la empresa Viñas e Terras do Pazo y estará en el lugar de Fachas, en la parroquia tomiñesa de Goián, donde ocupará varias parcelas que suman unos 7.800 metros cuadrados. Allí se tratarán los residuos orgánicos de la poda de la viña o de los procesos llevados a cabo en la bodega, y otros de origen doméstico de municipios del entorno.
Así, prevé recoger residuos de ayuntamientos como Tomiño, Gondomar, Tui, O Rosal, Baiona, A Guarda, Nigrán, O Porriño, Salceda de Caselas y Oia.
Las instalaciones contarán con siete pilas de fermentación, una biotrituradora y una volteadora, y una zona de almacenamiento de subproductos. La previsión es tratar anualmente más de 400 toneladas de residuos y generar más de 282 toneladas de compost al año.

