La alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, ha anunciado que las estatuas del Mestre Mateo, Abraham e Isaac, volverán a la capital de Galicia el 11 de diciembre para su instalación en el Museo do Pobo Galego tras la condena del Tribunal Supremo a la familia del dictador Francisco Franco para restituirlas al Ayuntamiento.
En un mensaje en redes sociales este 20 de noviembre, en el que se conmemoran los 50 años de la muerte del dictador, Sanmartín ha aplaudido esta vuelta a Compostela de las estatuas como «un acto de justicia histórica, de dignidad colectiva, de recuperación de patrimonio».
Estas estatuas «víctimas de expolio» y de «apropiación indebida» formaban parte del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago y se encuentran en el pazo de Meirás, residencia de verano del dictador recuperada para lo público recientemente.
Así, la regidora ha agradecido su trabajo a juristas, representantes de anteriores corporaciones y activistas de la memoria, entre otros, por lograr esta vuelta. Invita a «todo el mundo» a acudir al Museo do Pobo Galego a lo que califica como «un día de celebración, de fiesta».
PROCESO
La demanda que en su día interpuso el Ayuntamiento de Santiago contra los nietos de Franco por las estatuas de Abraham e Isaac, ponía el foco en que fueron adquiridas por el Consistorio al conde de Ximonde el 4 de junio de 1948 por 60.000 pesetas. Enfrente, los Franco sostenían que, por «tradición oral» de la familia eran conocedores de que Franco había comprado las piezas a un particular.
En 2017, aún bajo el mandato de Martiño Noriega (Compostela Aberta) en la Alcaldía de Santiago se presentó la demanda inicial por parte del Consistorio compostelano y el Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid dio la razón a los herederos del dictador.
También lo hizo, años después, la Audiencia de Madrid, un paso que también recurrió el Ayuntamiento compostelano, con el socialista Xosé Sánchez Bugallo como regidor, en un contexto marcado por el consenso político y social en Galicia (el BNG protagonizó acciones reivindicativas).
Además, la Xunta declaró en su día Bien de Interés Cultural (BIC) nueve esculturas de la desaparecida fachada del Pórtico de la Gloria, atribuidas al Mestre Mateo, entre las que se encontraban las dos piezas en cuestión.
En todo caso, tras la desestimación inicial del juzgado de primera instancia, la Audiencia de Madrid introducía un argumento para justificar la nueva desestimación: no veía clara la identificación de las esculturas reivindicadas. Entendía que no quedaba lo suficientemente acreditado que las estatuas en cuestión fuesen las mismas que están en poder de los herederos de Franco en Meirás.
No obstante, la sala del Supremo decidió en junio de 2025 estimar el recurso del Consistorio compostelano al considerar que «se ha producido un error patente en la valoración de la prueba», puesto que la identificación de las estatuas reivindicadas «es clara». «Y se desprende sin lugar a duda de los documentos aportados y del informe pericial emitido sin posibilidad de duda», agregaba el TS.
La sentencia del Supremo subrayaba que la Audiencia basó la desestimación del recurso de apelación en relación al fallo inicial «en la falta de identificación de las estatuas reivindicadas», pese a que los demandados «no negaron» de forma expresa «que las estatuas objeto de compraventa celebrada entre el conde de Ximonde y el Ayuntamiento en 1948 fueran» las que estaban bajo su poder.
LA FRACTURA
Como argumento, el TS constató que en el expediente del Ayuntamiento de Santiago previo a la compra de las estatuas al conde de Ximonde en 1948, el informe del experto que se aporta relata que las piezas fueron descritas como dos estatuas sedentes de dos personajes del Antiguo Testamento, al igual que en la escritura pública.
Y agrega que se basa en un artículo publicado en el Boletín de la Real Academia Gallega, de 1933, en el que se describe esas estatuas, que se encontraban en el Pazo del conde de Ximonde «como dos estatuas sedentes, con largas barbas, que sostienen sendas cartelas desplegadas y visten el manto y túnica habituales de las figuras medievales; y que «una de ellas presenta una fractura», características que coinciden con las esculturas que están en el Pazo de Meirás.
Así, el TS concluye que era «claramente errónea» la afirmación de que ninguna de las estatuas en litigio presenta la fractura a la que se hace referencia en el citado artículo e informe porque «el examen de las fotografías aportadas como prueba documental muestra a simple vista que la única de tales estatuas, de todas las extraídas de la catedral y atribuidas al Mestre mateo, que presenta un daño de esa naturaleza es una de las dos reivindicadas».

