La reunión del grupo de trabajo creado para estudiar todo lo relacionado con la descentralización de la Facultad de Medicina, prevista para este jueves, se ha pospuesto al lunes por problemas de agenda.
Así lo han confirmado fuentes próximas al equipo, que han descartado problemas externos más allá de la imposibilidad de cuadrar las agendas de sus integrantes.
Este grupo de trabajo debe evaluar el preacuerdo al que llegaron el pasado jueves la Xunta de Galicia y los rectores de las tres universidades gallegas para la descentralización del grado de Medicina, actualmente impartido en la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y que, con el consenso, contará con nuevas unidades docentes en Vigo (UVigo) y A Coruña (UDC).
De esta forma, estas otras dos universidades aceptaban «retrasar» la solicitud de una facultad en sus respectivos campus; aunque, en el caso de A Coruña, «sigue trabajando» en su tramitación. Con todo, ninguna podrá presentar formalmente esta solicitud durante la vigencia del acuerdo porque llevaría a su incumplimiento. La Xunta tampoco podrá autorizar ninguna titulación de carácter privado.
Este primer consenso implica la presentación de un «documento único» al grupo de trabajo. «La decisión la tendrá que tomar el grupo de trabajo, en la que están representados todos los actores», matizaba el rector de la UVigo, Manuel Reigosa, que anunciaba la decisión la semana pasada.
Lo hacía acompañado de sus homólogos en Santiago, Antonio López, y A Coruña, Ricardo Cao, y del conselleiro de Educación, Román Rodríguez, y el responsable autonómico de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño.
«Los atrancos que teníamos nos van a permitir presentar un documento único y consensuado, que está basado en la formación de unidades docentes, tanto en Coruña como en Vigo, además de en Santiago. Permitirá que haya profesorado de distintas categorías contratado por las universidades gallegas», expuso Reigosa.
NUEVAS UNIDADES DOCENTES
La descentralización, que afectará a los tres últimos cursos del grado (4º, 5º y 6º), permitirá que Vigo y A Coruña incorporen, al menos, un 50% de profesorado propio. De este modo, las nuevas unidades docentes combinarán profesionales de la UVigo y la UDC con otros de la USC.
Además, según detalló Antonio López, el reparto de alumnado será del 25% para cada nueva unidad: Santiago se quedaría con 200 (por curso) y Vigo y A Coruña con 100 cada una. «Como criterio general. Esto necesitará, en cada curso y cada año, ir concretando en función de las necesidades», ha matizado.
En base al preacuerdo, el proceso arrancaría, de forma progresiva, el curso que viene y se completaría en un plazo de tres años, de forma que en el 28/29 ya habría finalizado su implantación. Con todo, el cumplimiento se revisará cada año a través de una comisión de seguimiento, de la que todavía se desconoce quién formará parte.
Este preacuerdo tendrá que ser «matizado o corregido» por el grupo de trabajo, pero permitirá empezar a avanzar en el desarrollo de una docencia descentralizada: «Que sea lo mejor para la formación de los médicos y con la que todos podamos sentir útiles», ha añadido Reigosa.
«RETRASO» DE LA SOLICITUD DE NUEVAS FACULTADES
Tras este consenso, la UVigo y la UDC «retrasan» la solicitud de nuevas facultades, a lo que sus consejos de gobierno habían dado su conformidad. «El acuerdo retrasa esa posible solicitud de titulación», apuntó Reigosa, que se mostraba «optimista» sobre el mismo.
El rector de la UDC, el primero en abrir la puerta a una nueva facultad, ratificó que también «retrasan» su solicitud. «Esto no significa que no sigamos trabajando en ello», ha matizado. Preguntado por su satisfacción, Cao afirmó: «Como dije hace unos meses, dialogar hasta la extenuación».
Además de insistir en la evaluación anual del cumplimiento, quiso destacar, dentro del preacuerdo, el «mantenimiento» de la «vinculación única» de cada hospital a su universidad «territorialmente cercana» y de las condiciones de los Institutos de Investigación Sanitaria (IDIS) junto con los hospitales correspondientes.
«PUNTO DE ENCUENTRO»
Por su parte, el conselleiro de Educación, que siempre ha apoyado la descentralización, se mostró satisfecho con el consenso: «Todos fuimos capaces de llegar, desde posiciones antagónicas, a un punto de encuentro». «Estoy seguro de que ninguno de los que estamos aquí estamos contentos al 100%», puntualizó, al tiempo que destacó la «confianza» y «respeto» mutuos mostrados por todas las partes.
Asimismo, el rector de la USC, en su primera valoración, asguró que el preacuerdo «va en la línea» de lo que su universidad defendía: la «implicación» de «todo» el sistema sanitario de Galicia y «todas» las universidades.

