El Ayuntamiento de Lugo ha reconocido este sábado la trayectoria de dos «lucenses de corazón», Xesús Alonso Montero y Rafael de Vega Barrera, nombrados hijos adoptivos de la ciudad por su contribución a la educación y a la sanidad pública, así como para hacer justicia social a través de la memoria colectiva de toda la ciudad.
O Velló Cárcere ha acogido este sábado el acto, del que ha informado el Consistorio en un comunicado, en el que se ha rendido homenaje a ambos personalidades.
Allí, el catedrático de Literatura gallega y miembro de la Real Academia Gallega, Xesús Alonso Montero, ha asegurado sentirse muy honrado y ha reconocido que «como ciudadano y profesor» en sus 16 años en Lugo vivió el periodo «más interesante» de su vida.
Por su parte, para los nietos de Rafael de Vega «recordar la memoria histórica y transmitir los valores de democracia que defendió es cerrar heridas con verdad, justicia social y reparación».
El alcalde de Lugo, Miguel Fernández, ha hecho referencia a la «huella imborrable» que ambas personas dejaron en la ciudad y que, según ha indicado, «aportará importantes valores a las generaciones futuras».
«Hoy es un día importante para todos y todas los lucenses, porque con estos nombramientos también se distingue a la ciudad, a las personas que trabajaron por mejorarla, y eso es algo que como lucenses tiene que llenarnos de orgullo», ha sostenido.
Además, ha tenido un recuerdo especial para la anterior alcaldesa, Paula Alvarellos, quien «fue capaz de impulsar estas distinciones», bien a título particular, como es el caso de la de Rafael de Vega, o bien recogiendo las demandas de vecinos y vecinas en lo que respecta la nombramiento de Alonso Montero. «Dos propuestas que suscribo porque no puede estar más de acuerdo con este reconocimiento», ha dicho.
Alonso Montero ejerció como profesor en el IES Lucus Augusti y en la Escola de Maxisterio entre 1960 y 1975, convirtiéndose en referente intelectural y académico en Lugo. Durante su etapa en la ciudad, fue un activo defensor de la cultura y la lengua gallega, además de impulsar estudios clave sobre figuras de la literatura. Posteriormente, ocupó la cátedra de Literatura Galega en la Universidade de Santiago de Compostela y fue presidente de la Real Academia Galega entre 2013 y 2017.
Por su parte, Rafael de Vega fue director del, Hospital Municipal de Lugo, donde trabajó para mejorar las condiciones de la asistencia sanitaria y luchó por la creación de un nuevo hospital. Además de su labor como médico, fue diputado en las Cortes republicanas, comprometiéndose con la mejora de los servicios públicos y con la defensa de la igualdad en el acceso a la sanidad.
Su trayectoria se vio truncada en 1936, cuando fue asesinado por los sublevados franquista en un acto de represión política.

