El gerente de Prodeme (asociación responsable del edificio que acogerá el centro de menores migrantes de la Xunta en Monforte de Lemos), Julio Cortiñas, ha pedido a las fuerzas políticas que no utilicen a los menores para «confrontar». «Todo el mundo tiene derecho a opinar y dudar; es enriquecedor, pero sentándonos y dialogando», ha expresado en una entrevista concedida a Europa Press.
El edificio fue asaltado el sábado pasado de madrugada con varios cócteles molotov que provocaron diversos daños en salas comunes como la cocina y el comedor. Por el momento no se ha identificado a los responsables, si bien la Policía Nacional ha confirmado que mantiene varias líneas de investigación abiertas.
Cortiñas, que repasa junto a un equipo de Europa Press los daños en el edificio que ahora la asociación cede a la Xunta para el centro de menores migrantes, califica de «desagradable» lo sucedido e incluso afirma que «prefiere» pensar que no ha sido un monfortino. «Monforte siempre ha sido una ciudad muy abierta y solidaria», ha remarcado, insistiendo en que, entre expresar una opinión y lo ocurrido «hay un abismo».
Para el responsable de la asociación, todos tienen derecho a opinar y expresarse, pero «no a buscar una confrontación o buscar ser noticia a través de los medios de comunicación».
«Yo le diría a los políticos: menos crispación y más sentarse en una mesa a tomar un café o una tila, unas pastas, y trabajar por el beneficio de la sociedad, entre todos», ha defendido.
LA INMIGRACIÓN, «POSITIVA», PERO CON RECURSOS
En esa línea, considera «positiva» la llegada de migrantes, pero pide que lo hagan con recursos y el apoyo necesario, sin ser «abandonados».
Pide no poner el foco en la llegada de algún «gamberro» entre los migrantes — «los tenemos cerca de casa también» — y centrarse en lo que pueden aportar a la sociedad.
«Pedimos que vengan con sus apoyos pertinentes, psicólogos, pedagogos… y cuanto antes, que sean formados. Y ojalá después se queden y sean unos vecinos censados», reclama, sobre todo en lo que respecta a formar parte del mercado laboral local. «Si somos capaces de integrarlos, formarlos… creo que es positivo para todos».
Por otra parte, en cuanto a los daños en el edificio, explica que la peor parte se la ha llevado el comedor, donde fueron arrojados los cócteles, y la cocina anexa. Con todo, el humo que se dispersó por todo el inmueble ha causado numerosos daños.
Por el momento están pendientes de la autorización de la policía judicial para empezar con las obras de reforma.
Prodeme concibió el edificio como residencia conjunta para personas mayores con discapacitados a su cargo. Tras 12 años con el edificio vacío por la falta de financiación para llevar a cabo la idea, se lo ceden ahora a la Xunta para poner en marcha el centro de menores migrantes, con unas 80 plazas estimadas.