Investigadores vigueses han alertado de que la invasión de acacias tiene consecuencias «críticas» para la estabilidad de los bosques de la parte atlántica de la Península Ibérica, destacando que, incluso en niveles bajos de afectación, su impacto es «notable», tanto en la vegetación como en el suelo.
Así se recoge en los resultados de una investigación llevada a cabo por un equipo de las universidades de Vigo y de Coimbra, liderado por Raquel Juan Ovejero, investigadora posdoctoral en el Departamento de Ecología y Biología Animal de la UVigo.
Publicado en la revista científica Neobiota, el informe se desarrolló recientemente en la Serra da Lousa, en el centro de Portugal, donde conviven pinos y otras coníferas introducidas, bosques nativos de robles y castaños y matorral mediterráneos.
Allí, se analizó cómo la invasión de acacias afecta a la estructura de la vegetación, a la calidad del suelo y de la hoja y a las comunidades de invertebrados del suelo, fundamentales para el ciclo de nutrientes y la descomposición de la materia orgánica, entre otros estudios.
«A medida que aumenta su cobertura, disminuye de forma significativa la abundancia de plantas herbáceas y la riqueza de especies, lo que se traduce en una pérdida clara de biodiversidad», recoge el estudio.
Por ello, recomienda actuar de forma temprana en pequeñas poblaciones para frenar el avance de estas especies.