La propagación de las informaciones y noticias falsas o imprecisas a través de redes sociales, mensajería o los propios medios de comunicación son una de las asignaturas a las que debe hacer frente la comunicación actual, una guerra contra las ‘fake news’ en la que resulta clave «entrenar a la audiencia» para que «sepan por sí mismos identificar una mentira», teniendo presente la premisa de que «va a ser siempre más sexy que la verdad».
Estas son algunas de las conclusiones de la mesa redonda ‘Las fake news como estrategia informativa’, enmarcada en la jornada ‘Desinformación y amenazas a la libertad de expresión’, organizada en Santiago por el Colexio de Xornalistas.
En ella han participado Marilín Gonzalo, de Newtral.es; Patricia R. Blanco, del blog ‘Hechos’ de El País; Eli Vivas, de Verificat; y César Peña, del Laboratorio de Innovación Audiovisual de RTVE, que han presentado sus plataformas de verificación y las claves del trabajo de los que luchan contra la difusión de informaciones falsas.
Así, los expertos han detallado su experiencia particular para concluir que «es muchísimo más difícil apagar una noticia falsa que difundirla», incluso aunque se empleen herramientas de verificación, dado que implica «volver hacia atrás en los canales de difusión», algunos de ellos cerrados como el Whatsapp o el Telegram.
«Tenemos un gran problema con la mentira, y es que la mentira va a ser siempre más sexy que la verdad. Se transmite más rápido y tiene más repercusión», ha dicho César Peña, para quien una de las claves es «entrenar» a la propia audiencia para que identifiquen «por sí mismos una mentira» y no continúen con su difusión.
RESPONDER A LAS INFORMACIONES FALSAS
Aunque han reconocido que hay informaciones que «son imposibles de verificar», los expertos han incidido en la importancia de destacar las informaciones y datos que no son ciertos y que, no obstante, se difunden. «Si no respondemos a estas informaciones falsas, entonces estamos avalándolas», ha dicho Patricia R. Blanco. Además de desmentir, la periodistas ha incidido en «crear un nuevo relato» que sustituya el espacio dejado por la ‘fake new’.
Del mismo modo, ha animado a los medios a no promover que se cree espacio de debate alrededor de cuestiones «que son una realidad». «La violencia machista no es algo debatible, es una realidad que está ahí, y si entramos a debatir si existe o no, tendríamos que debatir también el creacionismo o si la tierra es plana», ha explicado.
Los expertos en esta materia han contado que, desde que se han popularizado las plataformas que realizan verificación de discursos políticos, los representantes «dan menos datos verificables» e incluso inciden menos en mentiras en foros como debates. «Los políticos mienten menos porque se sienten vigilados», han destacado, tras lo que han apostado de nuevo por la «educación».
UNA «MISIÓN SOCIAL»
En la jornada ha participado también el periodista de La Repubblica Paolo Berizzi, amenazado por investigar el neofascismo, y que ha recordado que, más allá de dar «información rigurosa», los periodistas tienen también «una misión social».
«La prensa ha sido demasiado tímida a la hora de enfrentarse al fascismo», ha dicho Berizzi, para quien «el favor más grande que se le puede hacer a los fascistas es no hablar de ellos». También ha criticado la «normalización» de los fascismos, a través de «darles voz» en prensa o televisión.
Por ello, además de la necesidad de «aplicar la ley» contra la apología del fascismo, ha reivindicado el papel de los periodistas frente al discurso de la extrema derecha.
