El BNG, la CIG-Ensino y colectivos de Anpas han cargado en las últimas horas contra la Consellería de Educación, Ciencia, Universidades e FP por intentar poner «una mordaza» en los centros con las instrucciones «de neutralidad ideológica» para el próximo curso 2025/26.
En concreto, el miércoles, el titular del departamento educativo de la Xunta, Román Rodríguez, presentaba este documento ante la junta autonómica de directores y avanzaba que se introducían varios apartados para garantizar «la convivencia interna» y «el buen clima» en colegios e institutos, también en actividades complementarias.
La portavoz de Educación del BNG en el Parlamento gallego, Cristina Fernández, denuncia que la intención del Gobierno gallego es «amordazar» y «controlar las actividades que se realizan en las aulas» en una «nueva demostración antidemocrática y caciquil que intenta neutralizar las críticas ante las políticas nefastas y perjudiciales» del PP.
La diputada nacionalista vincula estas nuevas instrucciones con la «disconformidad» manifestada por alumnos contra la implantación de Altri en Palas de Rei (Lugo) –como hicieron en el festival ‘Artelixo’, en Redondela (Pontevedra)–, contra «el genocidio del pueblo palestino» y con la situación del gallego en la educación.
Fernández defiende que el BNG siempre va a estar «del lado de una enseñanza que forme al alumnado en pensamiento crítico, en valores y debate democrático, que sea libre para manifestar sus opiniones con argumentos y respeto al resto de los compañeros y compañeras y disfrutar de un aprendizaje integral entre los conocimientos y la situación social, económica, cultural y política que los envuelve en cada momento».
En definitiva, el Bloque considera que el anuncio del conselleiro es «un indicio más del sometimiento» de la Xunta a las directrices del PP nacional «y a los intereses electorales de Feijóo, cada vez más cerca de los postulados de la extrema derecha».
LA CIG LLAMA A PROTESTAR DESDE LOS CENTROS
También la CIG-Ensino, sindicato mayoritario en la educación pública, carga contra estas instrucciones y llaman a padres, profesores y alumnos a llenar los centros de carteles contra «la injerencia política» de la Xunta, con el lema ‘Non á censura. Non nos calarán’.
Asimismo, la central critica duramente las declaraciones realizadas el miércoles por el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, que «solo se pueden entender desde la deriva reaccionaria en la que está instalado el PP» con la intención de «llevar a los centros educativos un conflicto por el control ideológico» de la enseñanza.
La CIG solicita la retirada de las instrucciones y urge la convocatoria de una reunión de la mesa sectorial para negociarlas, pese a que ya fueron presentadas.
Por su parte, después de que Anpas Galegas ya reaccionase contra las instrucciones el miércoles, una de sus integrantes, la Federación de Anpas Compostela, califica este jueves el documento de «inaceptable» e «incompatible» con la democracia y con los fines de la Lomloe, que pide formar «una ciudadanía crítica, tolerante, responsable y comprometida con la justicia social».
«Porque la neutralidad significa en muchos casos darle la espalda a los problemas actuales, no poner sobre la mesa en la escuela cuestiones como la desigualdad de género, el racismo estructural, la diversidad afectivo sexual, los fascismos, la situación de los desplazados por los conflictos bélicos o la defensa del medio ambiente, lo que significa tomar una postura en estos temas por omisión», explican, en un comunicado, las familias de centros del área de Santiago.
ANPE CONCUERDA CON EL PROTOCOLO
Pese a las críticas surgidas por estas instrucciones, el sindicato ANPE –el tercero con más representación en Galicia– defiende la intención de «neutralida dideológica» porque los centros «tienen que quedar libres de todo tipo de conflicto y enfrentamiento político».
El presidente de esta organización en Galicia, Julio Díaz, asegura a Europa Press que «muchas veces» hay «asociaciones de padres y políticos que intentan» introducir aspectos ideológicos en los colegios, así como que algunas quejas que se presentan contra el funcionamiento de la enseñanza pública «tienen un sesgo político».
Frente a esto, Díaz saluda la «neutralidad ideológica» porque el «fin primordial» de los colegios e institutos es «impartir docencia» y no entrar en «un pimpampum que no tiene nada que ver» con la educación.
Sobre el resto de asuntos incluidos en las instrucciones, ANPE está «totalmente de acuerdo», por ejemplo, con que haya un protocolo de actuación para cuando docentes se sientan agredidos a través de medios digitales y con que se blinde a estos profesionales como «autoridad».