Sin igualdad entre hombres y mujeres no hay democracia; sin erradicación de la violencia contra las mujeres, no hay justicia. Así concluye el manifiesto leído este lunes en la USC y que ha sido suscrito por toda una serie de instituciones académicas de la Red de Unidades de Igualdad de Género de las Universidades Españolas para la Excelencia Universitaria (Ruigeu).

La Xunta, el Ayuntamiento de Santiago y la propia universidad compostelana han protagonizado un acto simbólico que cada año impulsa la institución académica con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que contó con la presencia del rector Antonio López y la secretaria xeral de Igualdade, Susana López Abella, entre otros.

María del Mar Lorenzo, vicerreitora de Comunicación, tomó la palabra para enumerar las diversas «expresiones de la violencia machista»: la mercantilización del cuerpo, el auge de la pornografía como referente para los adolescentes, las agresiones, los feminicidios, la misoginia reaccionaria o la masculinidad tóxica.

En este sentido, el texto carga rotundamente contra el negacionismo de la violencia al que las universidades asisten «con perplejidad», a pesar «de todas las evidencias empíricas que una y otra vez» desmienten estas «posiciones políticas y sociales».

Frente a todo ello «a modo de compases morados», ha situado el Convenio de Estambul y el Pacto de Estado contra la violencia como ejemplos para «marchar el camino que se debe seguir», al tiempo que se registra un «clamor social» alrededor de campañas y movimientos como ‘Hermana, yo si te creo’, ‘Ni una menos’, o ‘Meetoo’.

En medio de esta situación, las universidades deben situarse «como un referente de igualdad», ha señalado, además de la necesaria «integración estructural y permanente» de la perspectiva de género en la educación superior, la investigación y la transferencia de conocimiento para «modificar los elementos patriarcales aún existentes» en ciertos ámbitos.

«La universidad está llamada a ser un referente de igualdad para toda la sociedad», ha insistido, apelando a desarrollar las medidas del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, y a situarse como «ejemplo de lucha contra la violencia machista que se pueda dar en su seno», garantizando además «la reparación del daño a las eventuales víctimas».

UN ACTO «DE DESIGUALDAD»

La concejala de Igualdade de Santiago, Noa Díaz, lamentó que esta conmemoración representa, en realidad, «un acto de desigualdad», por las «profundas desigualdades» que padecen las mujeres debido a las «relaciones de poder perpetuadas a lo largo de la historia».

«No habla bien de nosotros como sociedad», ha reconocido, al tratarse de un problema «estructural» sobre el que es necesario «actuar con celeridad», puesto que las nuevas generaciones «no están más concienciadas» sobre esta lacra con los datos sobre la mesa. Así, en los últimos cuatro años, se han incrementado los delitos sexuales en jóvenes en más de un 60 por ciento.

Por ello, Díaz ha llamado a que la lucha contra la violencia y por la igualdad se convierta en un eje transversal» del sistema educativo y del hipotético Pacto de Estado Educativo, en caso de materializarse. En definitiva, «sumar esfuerzos» para lograr una sociedad más justa e «igualitaria».

«ES LAMENTABLE»

La secretaria xeral de Igualdade, Susana López Abella, ha coincidido con la concejala compostelana en la importancia de «juntar los esfuerzos de todas las administraciones» y ha protagonizado una intervención muy sentida en la que ha cargado contra la negación de la violencia machista, cuando esta misma jornada se ha producido el asesinato de otra mujer en Canarias.

«Me parece lamentable que haya un grupo político que niegue la realidad de la violencia machista», ha criticado, en clara alusión a Vox, y ha advertido de que se trata de «un problema de primer orden en España», en el que la universidad, del mismo modo que los centros educativos, tiene un «importante papel».

López Abella ha situado a la educación como un sector «imprescindible» para que los jóvenes «comprendan, conozcan e identifiquen» las situaciones de violencia y malos tratos, y ha apelado a formar ciudadanos «con espíritu crítico».

RELATOS CONTRA LA VIOLENCIA

Finalmente, los representantes públicos que participaron en el acto hicieron entrega de los reconocimientos a los ganadores del III Concurso de Relatos contra a Violencia Machista, financiados con fondos del Pacto de Estado.

Laura Rubio Lareu, con ‘Calquera’, se hizo con el primer premio, y se concedieron dos accesit a las obras ‘Leoa’ de Andrea Durán Liñares y ‘Soga’ de Adrián Feijoo Sánchez.