Patronal, sindicatos y trabajadores de escuelas infantiles reclaman a las administraciones públicas «protocolos claros» ante situaciones como el apagón vivido el lunes en la península Ibérica, para evitar la «descoordinación» y la confusión del martes sobre la apertura de los centros.
Y es que el lunes por la noche, tras horas sin electricidad, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, había anunciado que se suspendían las clases en colegios y escuelas de 0 a 3 años. La determinación de la Xunta, en parte por la red extensa de transporte escolar y con ánimo de ahorrar combustible, era cerrar los centros.
La decisión se adoptó cuando estaba en vigor el nivel 2 de emergencia y aún tenía el mando la Administración autonómica, pero poco después se activó el nivel 3 y la coordinación pasó a manos del Gobierno central. La directriz fue que, aunque sin actividad lectiva, reabriesen los centros y así lo ratificó el presidente de la Xunta al día siguiente por la mañana.
Sin embargo, dado que fallaban los móviles, hubo profesores que no recibieron a tiempo las directrices de que los centros debían estar abiertos. Lo mismo ocurrió con las familias.
En este contexto, diferentes agentes del sector ya avanza sus primeras reivindicaciones para reclamar claridad y coordinación ante estas situaciones. A través de un comunicado, la Asociación Galega de Escolas Infantís (Agadei) pide «respeto» a las instituciones porque la situación llevó «al malestar de familias y centros educativos por igual».
Esta entidad critica que, «en un lapso de menos de 15 horas, se cambió cuatro veces de criterio sobre la apertura o cierre de las escuelas infantiles». Además, esto ocurrió en un contexto en el que «no existían más comunicaciones que las de la radio, en caso de tener la suerte de poseer una».
Según Agadei, aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó el lunes por la noche que los centros debían abrir el martes, aunque fuese sin actividad lectiva, por la mañana la Consellería de Política Social les comunicó que debían permanecer cerradas, «tanto las propias de la Xunta como las privadas en general», y que las direcciones se pasasen por las instalaciones para poder informar a las familias si no conocían las medidas.
Sin embargo, en una rueda de prensa posterior, el presidente gallego afirmaba que todas las escuelas debían abrir con normalidad una vez estaba restablecido el suministro eléctrico en la mayor parte del territorio.
«SENTIDO COMÚN»
Agadei pide «disculpas a las familias» que se viesen afectadas por el cierre de los centros privados y asegura que esta decisión eran «órdenes que llegaban desde las administraciones», pero que también era por «sentido común», ya que «no tienen mayor interés en permanecer cerradas salvo para salvaguardar el interés de los usuarios».
La asociación esgrime que el funcionamiento de una escuela «no es tan sencillo como pueda parecer», y que «quizás los políticos al frente de las administraciones no se den cuenta de la complejidad que encierra la apertura o el cierre de un centro».
También sindicatos de las escuelas infantiles denuncian «el caos» que fue la gestión durante las horas del lunes y el martes, tanto para los trabajadores como para las familias.
RESIDENCIAS PRIVADAS
Similar reclamación hacen los representantes de los trabajadores sobre las residencias de mayores privadas, donde también se vivió «precariedad, improvisación y caos» con el apagón, especialmente el propio lunes.
Según un comunicado de la CIG, hubo usuarios que se quedaron «sin respiradores», otros que no pudieron salir de sus cuartos y otros que no pudieron entrar en ellos, por lo que «tuvieron que dormir en colchonetas en el suelo».
La central nacionalista denuncia la «precaridad» de estos centros por la falta de personal y medios, carencias todas ellas que se hacen «evidentes» en crisis como la del pasado lunes o como la pandemia de la covid-19.
Asimismo, la CIG denuncia que la Xunta hace «oídos sordos» ante estas reivindicaciones y los trabajadores trasladan su «malestar» porque el presidente aseguró –dice el sindicato– que «prácticamente no se había registrado ningun incidencia» en residencias y centros de día.
Fuentes del sindicato consultadas por Europa Press reconoce que estas carencias detectadas en los centros privados –también en los que funcionan con concesión– no se repitieron en los públicos, donde «casi no hubo ningún problema» al disponer todos ellos de generador propio.
Según relatan voces sindicales, hubo residencias que vivieron «un desmadre» a nivel laboral y que, llegadas las 17.00 horas del lunes, acostaron a los usuarios tras darles de cenar «leche y un sandwich».
Así las cosas, el sindicato expresa en el comunicado que «entiende lo excepcional de la situación», pero recuerda que los trabajadores están en lucha «por un convenio digno» y la mejora de sus condiciones laborales y salariales. De hecho, los próximos días 7 y 21 de mayo habrá nuevas jornadas de huelga.