José Antonio Teijelo, uno de los miembros de los GRAPO condenados por secuestrar el empresario Publio Cordón, ha negado este miércoles haber dirigido cualquier plan destinado a extorsionar a empresarios para que pagaran el «impuesto revolucionario» de la banda terrorista. Así, ha asegurado que todas las acusaciones se debe a la enemistad que tenía con Fernando Silva Sande, uno de los dirigentes del grupo.
La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha celebrado este miércoles el juicio contra Teijelo, para quien la Fiscalía solicita 12 años de prisión por el delito de amenazas terroristas al considerar que hay pruebas suficientes, tanto documentales como testificales, de que el acusado era quien coordinaba la campaña de extorsión a empresarios.
Según ha afirmado ante el tribunal presidido por Concepción Espejel, lo único que hizo en los GRAPO en 1998, junto a su pareja sentimental, era «instruir de cómo moverse a la clandestinidad» a las personas que se acaban de integrar en la organización, así como ponerse en contacto con un grupo de comunistas italianos.
En este sentido, y ante la insistencia de la Fiscalía de que ante el Tribunal Correccional de París –que le condenó en 2007 por pertenencia al grupo terrorista– aseguró que abandonó los GRAPO en el año 2000 para fundar Fracción Octubre, Teijelo ha recalcado que fue «expulsado» del grupo terrorista a «principios de 1998». Para el representante del Ministerio Público, la versión de Teijelo es «contradictoria», pues, según ha subrayado en su informe de conclusiones definitivas, la cambia según le interese en cada procedimiento al que se enfrenta.
Durante la vista oral, Teijelo se ha desvinculado de cualquier instrucción relacionada con la recogida de información sobre empresarios, así como del envío de cartas obligando a pagar una cantidad que serviría para financiar las actividades criminales de los GRAPO, lo que se denominó «impuesto revolucionario».
«CHARLAS POLÍTICAS» A LOS NUEVOS MIEMBROS
«Lo único que me encargaron era dar unas charlas políticas a los que acababan de llegar», ha dicho durante su declaración, al mismo tiempo que ha negado haber sido miembro de la organización terrorista, alegando que él pertenecía al Partido Comunista Reconstruido (PCEr) y que eran los italianos los que mezclaban la «relación» entre ambos grupos.
No obstante, tres testigos que han comparecido en la vista oral han afirmado que Teijelo, alias ‘Papi’ o ‘Infante’, era la persona que les daba las ordenes para que recabaran la información sobre las personas o empresas que posteriormente serían objetivos para mandar dichas cartas. En este sentido, le han situado en la «dirección» de los GRAPO, incluso como «responsable de toda la organización».
Teijelo, preguntado sobre la afirmación que realizó una de las testigos en fase de instrucción sobre que le entregó el material para elaborar las cartas, ha ironizado sobre el hecho de que le hubiera entregado datos «confidenciales», así como «un tampón de los GRAPO y una máquina de escribir a una chica que acababa de llegar y que no tiene ni idea de nada».
LAS «BABOSADAS» DE UN DIRIGENTE DE LOS GRAPO
En este sentido, ha añadido que la misiva que obra en la causa está escrita a ordenador y que él único en la organización que disponía de tal aparato electrónico era Fernando Silva Sande. La defensa de Teijelo se ha centrado en demostrar que todas las acusaciones, incluso las relacionadas con el caso del secuestro de Publio Cordón en el verano de 1995 –cuya condena a 27 años y medio de cárcel es firme por el Tribunal Supremo–, se deben a las «babosadas» que ha vertido este exdirigente de los GRAPO contra él por su enemistad, tal y como ha enfatizado tras mostrarle un documento, cuya autoría no ha reconocido.
De hecho, cuando el fiscal ha hecho alusión a otro documento manuscrito por Silva que dice que diariamente el acusado le iba con «un papelito con eso del impuesto», el acusado ha asegurado que eso lo decía para «ridicularizarme y nada más». «No hacía sistemáticamente información. También hice otra cosa que eso no me lo lee, que es otro documento de Silva del año 1999 donde dice claramente que hacía dos años que me habían expulsado y reconoce que me tenían aislado. Eso lo tienen que valorar», ha apuntado.
Precisamente Silva Sande, actualmente en prisión, ha sido otro de los testigos que han declarado ante el tribunal de la Audiencia Nacional y ha concretado que antes de septiembre de 1998, José Antonio Teijelo era miembro de la denominada comisión política y responsable del Comando Central de los GRAPO y que es a partir de esa fecha cuando fue «rebajado de categoría» y le ponen al frente de la Sección de Información, que se encargó de, al menos, realizar los borradores de las cartas.
UNA «SECTA TERRORISTA»
Así, ha precisado que aunque se dijo entonces que le habían «expulsado», en verdad no fue así, sino que se trataba de una «expresión» porque en verdad continuó en el grupo terrorista hasta el año 2000. Por último, Silva Sande ha admitido que en estos años su relación con Teijelo ya no era buena, pero al igual que con otros miembros de esa «secta terrorista».
Teijelo ha hecho uso de su turno de última palabra para precisar que se enteró de «esto de las cartas» una vez que se encontraba en la cárcel en Francia, así como de que el objetivo perseguido era «propagandístico y psicológico». Así ha indicado que se trataba de «un poco de preparar el terreno en el futuro», aunque no «hubo ningún intento de cobro» porque era «peligroso».