El Grupo Común da Esquerda ha pedido instar a la Xunta de Galicia a adoptar las indicaciones de la Unesco y garantizar que los alumnos cuenten en la escuela con educación afectivo sexual desde los tres años hasta la universidad.

La proposición no de ley ha sido defendida por la diputada Luca Chao, quien ha asegurado que la «igualdad no es opcional» y ha explicado que la educación integral en sexualidad que propone la Unesco se caracteriza por ser científicamente precisa, gradual, adecuada a las edades y etapas del desarrollo de los niños y niñas, favorable a la satisfacción de los derechos humanos y con base en la igualdad de género.

Un consideración que ha situado como un buen punto de partida para repensar la «escasa» educación afectiva y sexual que recibe la juventud gallega y que, según ha indicado, «se reduce únicamente a cursos y talleres que se imparten desde la red de centros Quérote».

En el debate, los restantes grupos de la Cámara se han posicionado a favor de llegar a acuerdos sobre esta medida aunque con diferentes posicionamientos. Así, en primer lugar, la diputada del Grupo Mixto Paula Vázquez Verao ha considerado «importante» que este tipo de educación empiece en la infancia para «prevenir el machismo» y los «roles diferenciados».

Además, ha presentado una enmienda, a la que el Grupo Común da Esquerda ha avanzado su rechazo, mediante la que pedía, entre otras cuestiones, un Plan galego de educación afectivo sexual para 2020 y la puesta en marcha de programas piloto para la integración de la educación social y la enfermería en los centros educativos.

Sin embargo, la diputada del Grupo Común da Esquerda Luca Chao sí ha avanzado que aceptará en las votaciones del miércoles una enmienda formulada por el Grupo Parlamentario Popular con el objetivo de aunar consensos en este tema.

En concreto, ha sido la parlamentaria popular María Antón quien ha presentado la enmienda de los populares gallegos, que pedía sustituir el texto resolutivo por otro para «instar a la Xunta a buscar la colaboración de otras instituciones o entidades, concretamente las universidades gallegas, para diseñar nuevas medidas para potenciar la educación emocional afectivo-sexual en todos los niveles de la educación gallega».

Y es que, conforme ha señalado la diputada del PPdeG, la «acción del Gobierno de la Xunta coincide con el espíritu de la Unesco». «Miedo ninguno, rigurosidad toda, no podemos concordar con usted en la afirmación de que en Galicia este tipo de educación se reduce a cursos y talleres de los centros Quérote», ha señalado.

Presentadas las enmiendas por los grupos autores, tanto el BNG como los socialistas han avanzado su apoyo a la iniciativa de los comunes. Así, en primer lugar, la diputada nacionalista Olalla Rodil ha lamentado que la industria pornográfica sea la «fuente de información única» para la juventud y para la «práctica totalidad de la sociedad».

«No se habla en el ámbito público y poco en el privado de la afectividad sexual desde una visión integral», ha lamentado Rodil, que ha pedido hacer «un análisis de la situación de partida» para planificar una estrategia sobre esta materia.

Por su parte, el socialista Luis Álvarez ha destacado la pertinencia de esta iniciativa toda vez que «los expertos en educación y sexualidad creen firmemente que los programas» de este tipo de formación tienen potencialidad tanto para contribuir a mejorar la salud a largo plazo como para reducir la violencia de género y la discriminación.