El Valedor do Pobo reclama «un cambio social más allá del cambio legal» en la lucha contra la violencia de género, porque si bien las leyes «son necesarias», no son «suficientes».
«Ahora es necesario que toda la sociedad se comprometa en la igualdad y en la erradicación de la violencia de género. No se conseguirán esos objetivos si en ellos no participan todas las mujeres y también todos los hombres», expresa la institución comisionada a través de un comunicado con motivo de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el próximo 25 de noviembre.
En este sentido, el Valedor do Pobo, entidad dirigida por María Dolores Fernández Galiño, advierte que «dejar a los hombres fuera» de esta lucha provocará que los avances sean «más lentos e inseguros». «No solo es un error estratégico, es sobre todo un error de formulación, porque sin ellos la igualdad nunca se alcanzará», añade.
Así a todo, el comunicado señala que «no se acaba con siglos de sociedad patriarcal con apenas unos pocos años de acción legislativa», porque «el cambio social exige más tiempo y, para conseguirlo, es necesaria la implicación de todas y también de todos».
En cuanto a los cambios normativos, el Valedor recuerda que «hasta 1963 estuvo vigente en el Código Penal el uxoricidio honoris causa, que castigaba con una mínima pena al marido que, sorprendiendo en adulterio a su mujer, matase o lesionanse en el acto a uno o ambos amantes».
Tras casi tres décadas de algunas evoluciones legales, fue el asesinato de Ana Orantes, en 1997, lo que «precipitó una mejora de la regulación sustantiva y procesal» de los malos tratos. Ello culminó con la aprobación siete años más tarde de la Ley Orgánica 1/2004, del 28 de diciembre, de medidas de protección integral contra la violencia de género.
«Aun con todos estos avances legislativos, quedan muchas cosas por hacer, y así lo percibió también el Congreso de los Diputados a la vista del Pacto de Estado en materia de Violencia de Género», afirma el Valedor, que también ve «llamativas» ciertas «carencias» como «la necesidad de ampliar el concepto de violencia de género a todas las violencias contempladas» en el Convenio de Estambul del 2011, ratificado por España en el año 2014.