El consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, ha pedido a los gobiernos europeos que apoyen la «asequibilidad» del coche eléctrico, es decir, que se mantengan las ayudas a la compra del vehículo cero emisiones en un contexto de desaceleración de las ventas y en el que algunos países como Italia ya han advertido de que, de cara al año que viene, retirarán las subvenciones debido a la baja adopción de la nueva movilidad.
Durante la presentación de la nueva plataforma multienergía del grupo automovilístico, STLC Frame, el empresario portugués ha señalado que seguir apoyando la renovación del parque móvil con dinero público «no es hablar» de Stellantis, sino de los «clientes».
«Si los gobiernos europeos no quieren ayudar a sus ciudadanos a comprar vehículos de bajas emisiones, es posible que el mercado se hunda», ha avisado, al considerar que si los poderes públicos de los Estados miembros «se toman en serio» esta transición energética, deberían apoyar la asequibilidad para el consumidor final».
En estos momentos, la situación del sector de la automoción es crítica y para demostrarlo ha apuntado Tavares que «no hay más que ver» los resultados financieros de algunos fabricantes que «arrojan números rojos».
En concreto, lo que defiende Stellantis es que se sigan concediendo «algunas subvenciones» si el cliente llega a los concesionarios con un vehículo de desguace «con un alto nivel de emisiones».
Y es que, tal y como ha explicado el directivo, si no existe en el mercado demanda de coches eléctricos, los fabricantes deberán «adaptarse a esa realidad» lo que, en consecuencia, afectará a la producción de los vehículos cero emisiones «allí donde esté la producción», por ejemplo, en Italia.
«La cuestión es si el Gobierno quiere ayudar al consumidor italiano a comprar vehículos de bajas emisiones o no. Y creemos que no es el caso», ha apuntado respecto de la decisión del Ejecutivo de Giorgia Meloni de transferir 4.600 millones de euros en subsidios que estaban originalmente destinados a la industria automovilística del país transalpino para inyectarlas al sector de Defensa.
Según los cálculos desvelados por Stellantis, si el fabricante pusiera a la venta un coche eléctrico en paridad con uno de motor de combustión tendría que absorber hasta un 40% de los costes adicionales.