El expresidente de la Xunta Emilio Pérez Touriño ha asegurado que un cupo catalán sería un «problema económico» y un «gran error político» y ha considerado necesario reflexionar sobre «hasta qué punto podría debilitar muy seria y gravemente a territorios como Galicia».
El expresidente socialista ha lanzado esta reflexión durante su intervención en la conferencia organizada por la Asociación Federalista de Galicia sobre la financiación autonómica y en la que han participado los profesores de Economía Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela Xoaquín Fernández Leiceaga y Santiago Lago.
En su ponencia, Touriño ha trasladado que el actual sistema de financiación autonómica garantiza que las comunidades aporten según sus capacidades, en función de su producto interior bruto (PIB), y reciban según sus necesidades de gasto, que los expertos definen en términos de población ajustada.
De este modo, ha sostenido que «reconoce la diversidad» y «fortalece la igualdad de recursos». Además, ha afirmado que «es beneficioso para Galicia» y que «no perjudica a Cataluña». Con todo, ha reconocido que el actual modelo tiene «limitaciones que necesitan ser revisadas» para seguir garantizando la «equidad».
En este punto y ante el debate surgido en el conjunto del Estado a raíz del acuerdo entre el PSC y ERC para la financiación de Cataluña, ha recordado que en los sistemas forales, como el caso del País Vasco, los recursos que se generan en estos territorios, se quedan en estos territorios.
Es por ello que ha manifestado que se trata de un sistema «discriminatorio». Así, ha recordado que si bien el País Vasco representa un 7% del PIB del Estado, en el caso de Cataluña el porcentaje asciende hasta el 20%.
El expresidente de la Xunta ha recordado que la reivindicación del cupo catalán es un asunto que viene de largo y al que siempre aspiraron «nacionalistas, independentistas» catalanes, pero también «una parte relativamente importante» del PSC.
Por ello, ha apelado a debatir sobre hasta qué punto «debilita de manera seria y grave la capacidad del Estado para garantizar la igualdad y la cohesión territorial» y «hasta que punto puede dañar seria y gravemente a territorios como la Comunidad autónoma gallega». «Es un problema económico muy serio» y también «un gran error político».
En el cierre de la conferencia, además, Touriño ha reflexionado sobre las posiciones de las fuerzas políticas gallegas ante este debate. Así, ha sostenido que el BNG es partidario de un cupo gallego Y que el PSdeG «está defendiendo lo firmado» entre ERC y PSC por lo que el asunto depende «paradójicamente» del PP. «Me parece una situación bastante extraña, preocupante y bien paradójica», ha trasladado.
LEICEAGA Y SANTIAGO LAGO
En el acto, el que fuera portavoz parlamentario de los socialistas gallegos y senador, Xoaquín Fernández Leiceaga, ha defendido que es necesario que la nivelación funcione para que el país sea «más igualitario» y que «territorialmente esté integrado».
Leiceaga ha incidido también en que la foralidad implica una máxima autonomía y una «mínima contribución», por lo que solo es favorable «para aquellos que tienen más», como son Madrid, Baleares y Cataluña. Por ello, ha advertido también que si se llegase a materializar el cupo catalán, inmediatamente después Madrid podría reclamar un trato similar.
Así las cosas, ha considerado que el acuerdo entre ERC y PSC «rompe el equilibrio» por su «propio diseño inicial» al «sacar a Cataluña del sistema común», lo que podría comprometer «la fortaleza y efectividad del Estado central».
Por su parte, el también presidente del Foro Económico de Galicia, Santiago Lago, ha incidido en que el modelo de concierto es «por naturaleza poco nivelador y poco solidario» y, frente a ello, ha señalado que un sistema federal permitiría garantizar la nivelación y que los ciudadanos se sintiesen «cómodos».
Además, también ha alertado de los riesgos que supondría para Galicia optar por un concierto económico –como el que defiende el BNG– toda vez que la Comunidad gallega perdería recursos económicos.
Lago ha recordado que en los modelos federales, en los que la «llave es la existencia de varios niveles de gobierno» en los que los ciudadanos «se sienten cómodos». «Eso lleva de suyo nivelaciones muy fuertes, fraternidad entre los diferentes territorios, un Estado fuerte con capacidad fuerte con capacidad de reaccionar cuando hace falta», ha trasladado.
Sin embargo, ha considerado que el acuerdo catalán pone encima de la mesa un modelo «confederal» y no «federal», «muy parecido al modelo foral de concierto». Además, ha considerado «muy difícil» que ello pueda ser aprobado en el Congreso de los Diputados.